Tomar ácido fólico en el…

Los suplementos prenatales de ácido fólico (la denominada vitamina B9) podrí­an reducir el riesgo de trastornos del espectro autista en el niño hasta en un 40 por ciento, según un estudio publicado ayer en la prestigiosa publicación médica ‘Journal of the American Medical Association’.

Precisamente, los Centros para el Control y la Prevención de esta dolencia estiman que a alrededor de 1 de cada 88 niños en Estados Unidos se les diagnostica un trastorno del espectro del autismo (TEA), uno de los trastornos mentales más hereditarios, pero de los que se sabe poco acerca de cómo se desarrolla.

El ácido fólico es necesario para la sí­ntesis y reparación del ADN en el cuerpo humano y su forma de origen natural, folato, se encuentra en las verduras de hoja, los guisantes, las lentejas, los frijoles, los huevos, la levadura y el hí­gado. La ingesta de suplementos de ácido fólico durante el embarazo temprano se sabe que protege contra la espina bí­fida y otros defectos del tubo neural en los niños. Por ello, en Estados Unidos, Canadá y Chile, el ácido fólico se añade a la harina, así­ como para proporcionar automáticamente estos suplementos a los consumidores. Noruega, paí­s donde se desarrolló este estudio, no enriquece su harina, y desde 1998, la Dirección Nacional de Salud ha recomendado que todas las mujeres que planean quedar embarazadas tomen un suplemento diario de ácido fólico desde un mes antes del inicio del embarazo hasta el primer trimestre.

Pese a esta polí­tica, investigaciones de América del Norte y Europa demostraron que muchas mujeres embarazadas tienen una menor ingesta dietética de folato de lo necesario para prevenir los defectos del tubo neural. El actual informe se realizó con datos del Estudio noruego de Cohorte Niño (MOBA) y su subestudio del autismo, Estudio de Cohorte de Nacimientos de Autismo (ABC). Un total de 85.176 bebés nacidos entre 2002 y 2008, así­ como sus padres, participaron en el estudio MOBA, en el que se registraron los hábitos alimenticios prenatales y las familias fueron encuestadas regularmente entre 3 y 10 años para medir el desarrollo de los trastornos del espectro autista. Se identificaron un total de 270 casos de trastornos del espectro autista en la población de estudio (114 de trastorno autista, 56 del sí­ndrome de Asperger y 100 de autismo atí­pico o no especificado, es decir, el trastorno generalizado del desarrollo no especificado).

Se demostró que, precuisamente, las madres que tomaron suplementos de ácido fólico al comienzo del embarazo tení­an un riesgo un 40 por ciento menor de dar a luz hijos con autismo en comparación con las madres que no tomaron ácido fólico. La reducción del riesgo se observó en los que tomaron ácido fólico durante el intervalo de tiempo de entre cuatro semanas antes y de ocho semanas después del inicio de la gestación.

‘Hemos examinado la tasa de los trastornos del espectro del autismo en los niños nacidos de madres que recibieron o no ácido fólico durante el embarazo. Hubo una dramática reducción en el riesgo de autismo en los niños nacidos de madres que toman suplementos de ácido fólico’, tal y como indicó el autor del estudio y epidemiólogo en el Instituto Noruego de Salud Pública (INSP).