Telmo Irureta gana el Goya a mejor actor revelación y demanda “un cine más inclusivo y con cuerpos de todo tipo”
Telmo Irureta ha recibido el Goya a mejor actor revelación de las manos de su tía, la actriz Elena Irureta, por su papel en “La consagración de la primavera”, una película dirigida por Fernando Franco que aborda la sexualidad de las personas con discapacidad.
Telmo encarna a David, un personaje que es “un guiño al derecho a la sexualidad de las personas con discapacidad”, cuestión que se desconoce y sobre la que existen muchos prejuicios en la sociedad. Y como ha reivindicado el actor: “Nosotros también existimos y nosotros también follamos”.
En una entrevista concedida a FAMMA, el actor hablaba sobre este tema: “Que no se imaginen que vivimos la sexualidad o que piensen que no podemos tener sexo, que nos vean como niños o como angelitos también es un muro”. Y a Telmo le gusta hablar de sexo para romper con estas ideas equivocadas, estas barreras mentales y sexuales de las que él prefiere hablar, antes que de las arquitectónicas: “Mi sexualidad más que yo la limitan las mentes de mis ligues o de mis no ligues”.
“Brindemos hoy por un cine más inclusivo y con cuerpos de todo tipo”, así ha concluido Telmo su discurso. Una mayor representación que ayudaría a las personas con discapacidad: “Hay mucha gente de todo tipo y nos gusta ver los cuerpos de siempre, que nos han dicho que son cuerpos bonitos, ‘perfectos’. Y digo yo: ‘¿Quién te ha dicho que lo tuyo es perfecto y lo mío no?’ A mí por ejemplo me hubiera ayudado de pequeño, bueno, ahora también, ver gente, ver cuerpos como el mío en el cine, en el teatro, para sentirme identificado. Igual así seríamos menos acomplejados”, explica el actor.
Y es que, como afirma Telmo, existen barreras al acceder al cine para una persona con discapacidad: “Teniendo una discapacidad sí es mucho más difícil porque no hay tantos personajes para unas condiciones físicas tan distintas, tan alejadas de la mayoría de la gente. Dicen que si eres mujer tienes menos posibilidades, que a partir de los 40, todavía menos, y si vas en una silla de ruedas o tienes un cuerpo ‘torcido’ o lo que sea es como… eres invisible”.
