Se implanta el primer 'marcapasos'…

Imagen del marcapasosCirujanos de la Universidad de Johns Hopkins, en Estados Unidos, han implantado por primera vez un dispositivo similar a un marcapasos en el cerebro de un enfermo de Alzheimer en fase precoz, tal y como se ha hecho ya en muchas personas con Parkinson, a fin de tratar de estimular la memoria e invertir el deterioro.

En lugar de centrarse en los tratamientos farmacológicos, muchos de los cuales han fracasado en ensayos clí­nicos recientes, la investigación se centra en el uso de cargas eléctricas de baja tensión directamente al cerebro. 

La cirugí­a consisten en la perforación de orificios en el cráneo para implantar los cables a cada lado del cerebro en la zona del fornix, una ví­a cerebral encargada de llevar información al hipocampo, la parte del cerebro donde se inicia el aprendizaje y los recuerdos, donde parecen surgir los primeros sí­ntomas del Alzheimer. 

Los cables están conectados a un dispositivo similar a un marcapasos, un “estimulador” que genera pequeños impulsos eléctricos en el cerebro, 130 veces por segundo. No obstante, los cientí­ficos aseguran que los pacientes no sienten la corriente.

Se observó que los pacientes con formas leves de la enfermedad mostraron incrementos sostenidos en el metabolismo de la glucosa, después de 13 meses, cuando la mayorí­a de pacientes muestran una disminución en el metabolismo de la glucosa durante el mismo perí­odo.

Tras estas investigaciones, dos años más tarde se ha realizado la primera intervención en Estados Unidos, cuyo éxito ha sido tal que ya hay una segunda operación programada para diciembre.

“Los recientes fracasos de numerosos medicamentos, como los destinados a reducir la acumulación de placas de beta amiloide en el cerebro, han agudizado la necesidad de buscar estrategias alternativas”, comenta Paul B. Rosenberg, profesor asociado de Psiquiatrí­a y Conducta en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, en EEUU.

Los expertos han explicado que con este dispositivo se pretende mejorar la función del cerebro “de forma mecánica”. “Es una ví­a totalmente nueva para el tratamiento potencial de una enfermedad que se está volviendo cada vez más común con el envejecimiento de la población”, ha añadido.

Se prevé que unos 40 pacientes reciban este implante el próximo año en la Universidad Johns Hopkins y otras cuatro instituciones de Estados Unidos, como parte del estudio multicéntrico que dirigen estos investigadores junto con la Universidad de Toronto.