Recomiendan ejercicio aeróbico y de…

Una revisión sistemática y un metaanálisis de los datos disponibles que se publica en ‘Diabetologia’ sugieren que el entrenamiento aeróbico y de resistencia combinados en lugar de practicados por sí­ solos es mejor para controlar tanto el azúcar en la sangre como los perfiles de lí­pidos en las personas con diabetes tipo 2.

Sin embargo, los autores, investigadores de la Universidad de Viena, en Austria, subrayan que la fuerza de los resultados se debilita cuando se quitan los datos de los estudios con alto riesgo de sesgo, por lo que se necesitan ensayos de más alta calidad para llegar a conclusiones más definitivas. Hasta la fecha, ninguna revisión sistemática ha comparado los efectos directos e indirectos de estas tres modalidades diferentes de entrenamiento sobre los resultados del control del azúcar y la grasa en la sangre en pacientes con diabetes tipo 2. El objetivo de este estudio fue evaluar la eficacia del entrenamiento aeróbico (AET, por sus siglas en inglés), entrenamiento de resistencia (RT, por sus siglas en inglés) y entrenamiento combinado (CT, por sus siglas en inglés) sobre el control de azúcar en la sangre, la presión arterial y la grasa en la sangre en pacientes con diabetes tipo 2.

Se incluyó un total de 14 ensayos que reclutaron a 915 participantes. Los resultados mostraron que, en pacientes con diabetes establecida, la AET podrí­a ser más eficaz en la reducción de HbA1c (una medida del control del azúcar en la sangre) y la glucosa en ayunas en comparación con RT, pero CT fue más potente en la reducción de la HbA1c en comparación con AET y más eficaz en la reducción de HbA1c, glucemia en ayunas y grasas en la sangre, en comparación con la RT. Sin embargo, estos resultados no pudieron ser confirmados cuando se incluyeron sólo los estudios con bajo riesgo de sesgo. Al agrupar pruebas directas e indirectas sobre AET, RT y CT a través de metaanálisis se vio que que la CT fue la intervención de ejercicios más eficaz en cuanto a su impacto en la HbA1c, la glucosa en ayunas, el colesterol bueno, las grasas en sangre, la presión arterial diastólica y el peso corporal.

Por último, los autores señalan que sólo se incluyeron en el análisis estudios en los que se ha supervisado el entrenamiento (y validado objetivamente). Existe evidencia de que el ejercicio supervisado es más efectivo que el entrenamiento no supervisado, pero en la práctica parece poco probable que la mayorí­a de los pacientes tengan acceso a regí­menes de ejercicios de esta intensidad supervisados. “Es posible que AET, RT o la CT sean más fáciles de realizar eficazmente sin supervisión, lo que afecta a la validez externa de estos resultados, ya que sólo se incluyeron estudios con entrenamiento supervisado”, matizan los autores, señalando que esta revisión sistemática y este metaanálisis se centró en los ensayos controlados aleatorios que compararon la AET, RT y CT.