Reclaman a Sanidad que no…

La Sociedad Española de Neumologí­a y Cirugí­a Torácica (Separ) pidió ayer al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, que no elimine el cribado de cáncer de pulmón de la cartera básica del Sistema Nacional de Salud (SNS).

A esta organización le preocupa que no hayan sido consultados los especialistas de la salud bajo cuya responsabilidad se encuentran los programas de detección precoz, diagnóstico, estadificación y tratamiento del cáncer de pulmón. “En este sentido, manifestamos nuestra disconformidad ante la posible exclusión de estos tumores de los programas prioritarios de cribado y lo recomendamos porque reduce la mortalidad en un 20% a unos costes asumibles”, afirmó Pilar de Lucas, presidenta de Separ.

Asimismo, esta asociación recuerda que el cáncer de pulmón es uno de los más agresivos y el que causa un mayor número de muertes seguido del cáncer colorrectal. En España se diagnostican alrededor de unos 20.000 casos anuales y es la causa de muerte del 8,3% de los hombres y del 1,3% de las mujeres. En España fallecen más personas a causa del cáncer de pulmón que de cáncer de mama, de colon y de próstata juntos, siendo la supervivencia global del cáncer de pulmón a los cinco años de apenas un 15% de los pacientes. El motivo de estas cifras tan alarmantes es que en un 70% de los casos el diagnóstico llega en estadios tan avanzados de la enfermedad que los tratamientos curativos ya no son efectivos. “A fecha de hoy, se han publicado en revistas de prestigio internacional diversos estudios que muestran evidencia cientí­fica de la efectividad del cribado del cáncer de pulmón para reducir su mortalidad mediante el uso de Tomografí­a computerizada a bajas dosis (TCBD)”, añade de Lucas.

Por último, además recuerda que el estudio NLST del National Cáncer Institute de los Estados Unidos publicado en agosto de 2011 por The New England Journal of Medice anunciaba que los pacientes que habí­an participado en un programa de cribado mediante Tomografí­a computerizada a baja dosis presentaban un 20% de mortalidad menos que los pacientes participantes en un programa de cribado a través de radiografí­a.