Paco Aguilar, humorista y comunicador con EM
«El cielo hay que ganárselo pasándotelo lo mejor posible mientras utilizas la vida que te han dado»
Francisco Aguilar Reina (nacido en Sevilla el 1 de enero de 1949), es un humorista, cantante, compositor y comunicador español. Aunque su carrera artística comenzó como guitarrista en grupos como «Los amigos de Gines» y «Yerbabuena» durante las décadas de 1960 y 1970, alcanzó la notoriedad nacional gracias a su participación como cómico en el programa No te rías que es peor, emitido en Televisión Española desde 1989 a 1995. Actualmente presenta el programa radiofónico «Andalucía sin barreras» en Radio Andalucía Información, del cual es director, y que funciona como informativo para personas con cualquier discapacidad física, psíquica y sensorial. Paco Aguilar tiene esclerosis múltiple desde principio de los años ochenta.
José Ramón Caamaño
¿Por qué debemos reír tal y como están las cosas en nuestro país?
He escuchado hoy una frase de Chaplin que decía: «Qué trabajo más triste tener que hacer reír, sobre todo cuando la gente no se ríe». Nos tenemos que reír porque la risa es un sentimiento humano que en teoría nos diferencia de los animales, y mientras peor sea la situación más debemos reírnos, porque las situaciones las crean otros y a veces tiene que darnos la risa sólo de pensar en qué hacemos aquí metidos en medio de todo esto, si no tenemos la culpa de nada. ¡¿Encima no nos vamos a poder reír?! Hombre, yo comprendo que hay situaciones muy duras…
¿El humor es más un sedante o puede convertirse en cura?
Miura, un hombre con fama de tener muy mala idea, dijo una cosa muy bonita: «El humor es una risa que no ha ido al colegio». El humor debe tener un por qué, una función, y para que exista hacen falta tanto un emisor como un receptor que estén al mismo nivel. Recuerdo una vez que me contrataron para hacer una actuación en una convención, yo sólo escuchaba aplausos a un guitarrista magnífico mientras me tomaba un whisky antes de salir, y de pronto cuando salgo me doy cuenta de que menos dos, todos son japoneses, era imposible que me fuesen a entender nada.
¿Qué lugar ocupa el humor en el mundo de la discapacidad?
Depende de para quién, con el humor en la discapacidad pasa como con el humor en la vida corriente y moliente. Hay gente por ahí que están sanos, son ricos, les va muy bien en la vida pero no tienen sentido del humor, que es una cosa que se tiene que tener tanto si eres discapacitado como si no, y si lo eres pues todavía mejor, porque te va a arreglar muchas cosas en esta vida y te va a dar una cierta capacidad de reírte de ti mismo. Porque es muy difícil, cuando tú ves a alguien que dice «y va un cojo» y le responden «oiga, no diga cojo, diga disminuido con movilidad reducida», yo pienso, «mire usted, vamos a dejarnos de tonterías».
¿Entonces tú qué piensas cuando se cuenta un chiste utilizando ese tipo de términos refiriéndose a personas del colectivo de la discapacidad?
Si lo haces elegantemente está bien hecho. Es como cuando cuentas un chiste en el que sale un negro, o cuando cuentas un chiste sobre una señora que está gorda y no dices rellenita. Tienes que hacerlo con educación y sin herir a nadie. No cabe duda de que en la vida existen cojos, sordos, ciegos, mudos,…
Por lo que dices hace falta más elegancia y sentido del humor…
Sí, porque la gente que te cuenta un chiste mete a veces una pata tremenda porque les falta la elegancia. Tienes que empezar dando algunos rodeos, explicando muy bien primero,…
En tu caso no creo que te hiciese mucha gracia cuando te dijeron que tenías esclerosis múltiple, ¿te acuerdas de lo que se te pasó por la cabeza en ese momento?
Sí, que tenía 35 años, un hijo con un año y medio y que tenía que ganar dinero lo más rápidamente posible para cuando me quedara paralítico. Mi hijo acababa de nacer, y a mí me dijo el médico «tú eres guitarrista y tocas el piano, ¿no? Pues olvídate». Yo hacía ya humor, y pensé que tenía que ganar dinero ligero porque si me moría mi hijo se quedaba tirado. Entonces en el año 1989 yo estaba trabajando en televisión española, en donde siempre he sido productor, me acuerdo que me llamaron La Trinca, un famoso trío catalán de humoristas que ahora son los dueños de Gestmusic, y me dijeron que les hiciese una visita, que fue cuando me enseñaron el decorado de ‘No te rías que es peor’, donde había una escalera que yo les dije que a veces no podría subir porque tenía esclerosis múltiple. Ellos me dijeron que no me preocupase, y estuve diez años subiendo y bajando como podía. Todos mis compañeros, Barragán, Pedro Reyes, Marianico el Corto, lo sabían y siempre decían «¡Deja al cojo primero!». Lo hacían con mucho cariño y a mí me venía muy bien. Cuando tú consigues la aceptación de lo que tienes has conseguido lo más difícil.
Ahora es imposible leer en internet todo lo relacionado con la esclerosis múltiple, nos haría falta más de una vida. ¿En aquel momento te costó informarte de lo que te habían diagnosticado?
No me costó nada porque toda mi familia son médicos, y en mi caso gracias a Dios fue un hermano mío quien se dio cuenta. Yo tenía problemas con las piernas, me daban espasmos,…un día estaba en Sevilla en casa de mi madre, mi hermano me vio escribiendo torpemente y que una pierna me temblaba y me preguntó si eso me pasaba mucho. Cuando le contesté que de vez en cuando, me dijo que al día siguiente tenía que ir al hospital. A mí me habían mirado ya veinte mil veces, y hasta que llegué al Virgen del Rocío no me diagnosticaron. Ahí fue donde me lo explicaron todo, me dijeron que tenía que vivir con ello, y entonces llegué a la conclusión de que no tenía que vivir contra lo que tenía, sino con lo que tenía.
Ahí fue cuando tuviste que dejar la música, ¿para ti fue lo más duro?
Lo más duro era que yo no sabía lo que iba a poder hacer, porque yo cogía un piano o una guitarra y podía tocar; sin embargo, he podido enseñar a mi hijo sin poder tocar yo, y a dos o tres más, diciéndoles que tenían que hacer lo que yo dijese.
Al principio piensas en lo que no puedes hacer, pero luego te das cuenta de que puedes hacer muchas cosas…
Claro que puedes hacer muchas cosas. Salvo que tengas una grave discapacidad que te mantenga en la cama todo el día y te vuelva la cabeza loca, por lo demás puedes hacer muchísimas cosas que ni te puedes imaginar. Yo tengo la casa llena de sillas de ruedas, y un elevador para subir las escaleras, porque tengo un dúplex y duermo en la planta de arriba.
Dejaste la música, pero a mí me gustaría que me contaras cómo eran esas giras europeas en autostop, supongo que tendrás un buen recuerdo de ellas…
Si te digo la verdad, alguien coló por ahí un dato, pero yo nunca he hecho autostop. Ya me lo han preguntado en otras entrevistas, pero yo he sido siempre un sibarita. Cuando junto a Josele formamos el dúo Yerbabuena, yo era el único que estaba soltero de todo el grupo, incluyendo a los músicos. Josele y yo íbamos por ejemplo a actuar a Alemania, Bélgica, Suiza,…sitios en los que había mucho emigrante español, y cuando terminábamos de tocar la gente se volvía corriendo porque sus mujeres les estaban esperando no fuera que se lo gastasen todo; y yo me quedaba a gastarme lo que había ganado. Me parecía un horror llegar a un sitio e irme al día siguiente, y como no tenía obligaciones familiares me dedicaba a eso.
¿Sirvió para ti el humor como una autoterapia?
Por supuesto que sí. Mi gran amigo Gonzalo Rivas, que ahora es Director general de personas con discapacidad de la Junta de Andalucía, ha estado colaborando conmigo en la radio hasta que fue incompatible con su cargo público. El hacía conmigo el programa ‘Andalucía sin barreras, que dirijo yo buscando siempre que sea lo más divertido posible, para ayudar al que te está escuchando desde el otro lado, y tiene un hijo como los que estén hablando, o con síndrome de Down,…siempre intento llevar a personas que tengan alguna discapacidad, pero que hacen cosas, no personas que te cuenten lo malitas que están, ya que el cielo hay que ganárselo pasándotelo lo mejor posible mientras utilizas la vida que te han dado.
Yo recuerdo verte en «No te rías que es peor» cuando era pequeño…
Claro, tú te has criado conmigo. El otro día me paró un chaval por la calle, de la edad de mi hijo, unos treinta años. Yo iba con la silla de ruedas por el centro de Sevilla y él iba con una bicicleta. De pronto, se me cruza delante y me dice: «Perdone, ¿ha visto lo alto y lo fuerte que soy? Pues es gracias a usted, porque yo de chico era muy canijo y comía muy poco, y mi madre me ponía la televisión y le veía. Y ella me decía, si no comes te la apago».
En ese momento de tu vida tu enfermedad no era tan visible. ¿Tener una discapacidad «escondida» ayuda o perjudica en la vida diaria?
La discapacidad no tiene por qué estar escondida. Yo salía con un bastón en la mano, todavía no iba en silla de ruedas pero estaba con muchas dificultades. Entonces la gente se creía que yo era un chulillo que iba siempre de traje y con un bastón en la mano, que yo era un marqués, pero como dice Antonio Gala, yo lo llevaba no por una cuestión de estética sino de estática.
Cómo ha cambiado la tele desde aquélla…
Vaya si ha cambiado, fíjate que ese programa lo intentaron hacer otra vez y no se pudo porque no había cómicos de ese tipo. Los cómicos que fuimos allí, éramos gente que habíamos aprendido la profesión, creo que el que menos llevaba era Pedro Reyes. Habíamos aprendido, como decía Fernando Fernán Gómez, oliendo el olor de la miseria de los cabarets, donde tienes que hacer reír a la gente mientras están ocupados en cogerle el culo a las señoritas de al lado que les sirven la copa al señor. Ahora eso es imposible.
Háblanos de tu idilio con la radio…
La radio siempre me ha gustado mucho, y empecé en ella el año 1983 con Luis del Olmo. Después de estar con él en ‘Protagonistas’ he pasado por muchas cadenas hasta que me llamó Canal Sur. Ya allí, un día cuando ya estaba yo muy sentadito en la silla, me di cuenta de que no había ningún programa sobre personas con discapacidad, entonces fui a hablar con mi jefa y le dije que se me había ocurrido hacer este programa. Sí había programas sobre gente marginada por otras cosas, por qué no podía haber sobre la discapacidad. Me dijo que empezase al día siguiente y llevamos ya once temporadas con esto.
¿Cómo te explicas que sea el único programa radiofónico exclusivamente dedicado a la discapacidad?
Porque ha habido alguien que se decidió a hacerlo. Además, nuestro programa está hecho por personas con discapacidad, yo no ando, Gonzalo Rivas tampoco andaba cuando lo hacíamos, y nos han pasado cosas muy bonitas.
¿Y hasta cuándo piensas seguir?
Hasta que me pueda mantener. Yo intervengo también en el informativo de las dos de la tarde, donde meto unos seis o siete minutos relacionados con la discapacidad en Sevilla. Hago el último cachito, contamos noticias buenas o malas. Por ejemplo, el otro día estuve dando la historia de que cuando se hizo la copa Davis no había entradas para discapacitados que costasen menos de cuatrocientos euros porque no se les podía poner en ningún otro lugar que fuera accesible. Se les ponía en pista y se les cobraba como si fuera el vip. Entonces yo dije que cuando venga al mismo estadio Bruce Springsteen, él lleva en su propio decorado una zona accesible para discapacitados y los pone en la zona vip cobrándoles lo mismo. Eso para que vayan aprendiendo aquí. Siempre lo ha hecho así. Yo llevo once años pidiendo lo mismo. Por ejemplo cuando es la cabalgata de reyes en Sevilla por qué no hacen una zona elevada para niños que van en silla de ruedas. Estos niños no pueden ir a la cabalgata a nivel de la calle, primero porque no lo ven, y segundo porque los estrujan.