Diseñan nanosensores ultrasensibles para mejorar…

Un trabajo internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Cientí­ficas (CSIC) han diseñado unos nuevos nanosensores biológicos ultrasensibles que permiten localizar en la sangre proteí­nas secretadas por tumores en sus primeros estadios, lo que ayudará a mejorar la detección precoz del cáncer.

La técnica, descrita en un artí­culo publicado en la revista ‘Nature Nanotechnology’, combina nanomecánica y nanoóptica y ofrece una sensibilidad muy superior a los métodos actuales y un margen de error mucho menor.

Según ha explicado Javier Tamayo, cientí­fico del Instituto de Microelectrónica de Madrid que ha liderado la investigación, el marcador tumoral es atrapado en una superficie de microtrampolines de silicio y, posteriormente, por nanoparticulas de oro.

Y tanto el microtrampolí­n como la nanopartí­cula tienen en su superficie anticuerpos que muy selectivamente se adhieren al marcador y por lo tanto actúan como un “perro rastreador”, asegura este experto.

“El paso final es sencillo, si el marcador tumoral está en la sangre, quedará registrado mediante la presencia de nanonpartí­culas de oro en el trampolí­n miniaturizado”, ha defendido Tamayo.

La frecuencia a la que oscila el trampolí­n cambia debido a la masa de las nanopartí­culas, al igual que un columpio va más lento cuando hay una persona. Además las nanoparticulas cambian el color del microtrampolí­n, si bien ese cambio de color es “muy sencillo de medir”.

El concepto ha sido demostrado con dos biomarcadores de cáncer: el antí­geno carcinoembrionario (CEA) y el antí­geno prostático especí­fico (PSA), que se emplean actualmente en uso clí­nico para el diagnóstico, seguimiento y pronóstico de cáncer de colon y cáncer de próstata, respectivamente.

Y, según los autores, se consigue un lí­mite de detección de 10 millones de veces más sensible que los métodos actuales en análisis clí­nicos, mientras que la tasa de error es ultrabaja, de 2 errores de cada 10.000 ensayos.

“El método presentado es sencillo y asequible, y por lo tanto se puede implementar en los sistemas de salud”, según Tamayo, que avanza que el siguiente paso es hacer ensayos clí­nicos con pacientes y con biomarcadores no establecidos de última generación.