Mujeres y Discapacidad: Entrevista a Paula Torrent Ferrer
Hoy os traemos la entrevista “Mujeres y Discapacidad” de esta semana. En esta, nuestra protagonista es Paula Torrent Ferrer, una chica de 25 años a la que le gusta salir a correr, tocar la guitarra y los castells (la tradición de hacer las torres humanas).
Si con la entrevista de la semana pasada os contábamos cómo era una experiencia Erasmus, en esta podréis leer cómo es el trabajar fuera, en una aventura de Au Pair, con una discapacidad…
Primero de todo, cuéntanos un poco sobre ti, Paula.
Tengo 25 años y vivo en un pueblo de Girona (Cataluña). Dispongo de un 48% de discapacidad, pero no necesito asistencia personal. Mmm… hice la carrera de Biotecnología y al terminarla, ese mismo año, empecé el máster online de ‘Bioinformática y Bioestadística’. Me fui a Estados Unidos a los pocos meses, en enero, mientras estudiaba el máster y trabajaba de Au Pair durante un año y medio. Ahora mismo estoy haciendo unas prácticas, también, de bioinformática y buscando trabajo al mismo tiempo.
¿Por qué quisiste adentrarte a esa aventura de ser Au Pair? ¿Y cómo fue la decisión de irte a Estados Unidos?
Fue porque quería estudiar el máster (de ‘Bioinformática y Bioestadística’) y lo quería hacer en Barcelona, pero no entré al haber mucha demanda. Por lo que tuve que hacerlo online. Y pensé que para hacerlo online y en mi casa, lo que podría hacer era irme a otro sitio.
Leí sobre la compañía con la que al final me fui y al ver que era un proceso sencillo, al ser un trabajo “fácil” para combinarlo con los estudios, decidí irme. Al principio no tenía pensado Estados Unidos; pero por cuestiones de practicidad, lo elegí al final y terminé en Detroit (Michigan).
¿Cómo fue el hecho de alejarte de tu familia, amigos…? El enfrentarte a esto sola e irte fuera.
Pues, yo al final tenía muchas ganas de irme y tenía mucha ilusión. Al principio sí que fue complicado, porque llegas ahí y, aunque tienes una familia (anfitriona) y no te dejan sola para poder apoyarte, al no tener amigos o alguien conocido fue complicado porque echas de menos todo.
A parte, el clima ahí es muy malo y como me fui en invierno, al llegar todo estaba nevado y no se podía hacer nada porque hacía mucho frío fuera. Pero, al final, allí hay grupos de Au Pairs, donde te meten para conocer gente y hablando con diferentes personas conocí a una chica española que vivía cerca de mi casa y ya fue todo más fácil al tener a alguien y al empezar a hacer cosas diferentes.
¿Qué retos encontraste durante esta experiencia? ¿Cómo fue el proceso para irte? ¿Encontraste algún obstáculo o barrera que tuviste que sortear?
Pues sí, al principio cuando empecé la presentación con la agencia para irme de Au Pair, cuando se dieron cuenta (o yo les dije, no me acuerdo si se lo comenté yo o se dieron cuenta) de que tenía discapacidad, me pusieron problemas. Me dijeron que no sabían si podía ir, no me dijeron motivos, solo: “Tenemos que hablar con alguien, porque no sabemos si lo puedes hacer, porque nunca hemos tenido a nadie con discapacidad. Así que no tenemos idea de si se puede hacer”. Yo lo que pensé en aquel momento es “si no me dejan, les denuncio por discriminación”, fue lo único que pensé.
Al final mandaron algún que otro correo a los jefes y me dijeron que no habría problema. Lo que si me dijeron por parte de la agencia es que no sabían si iba a tener más problemas al buscar familia con mi discapacidad. Por lo que yo, a la hora de presentarme debía hacer un video y demostrar que era capaz de hacer cualquier cosa. Tuve que adaptar mi video porque ellos me lo dijeron, para demostrar que mi discapacidad no obstaculizaba nada, ni en mi vida, ni en mi vida laboral de trabajar como Au Pair. Al final, encontré una familia muy buena que nunca me puso ningún problema, ni la madre ni los niños. Y nunca me denigraron por nada, ni me prohibieron las cosas solo por mi discapacidad, ni se preocuparon de más por mí, ni me trataron diferente, que eso era para mí lo más importante.
Al primer día de llegar allí (bueno, el segundo porque cuando llegué era ya de noche), la madre me llevó con el coche y me dijo: “Venga conduce, que te enseño a conducir con nieve”. Porque ahí estaba todo nevado y tenía que aprender también a conducir en hielo. Lo único que me preguntó es si necesitaba algo para el coche, por si necesitaba adaptarlo. Le comenté que yo tenía un pomo para el volante y que me lo traería de España. Fue todo muy fácil con ella.
Lo que si me di cuenta es que una amiga (refiriéndose a la chica con la que iba a ir en un inicio con la Agencia) tenía muchas más opciones de familias que yo. Como los trámites lo hicimos al mismo tiempo… Eso sí que lo pude como comparar un poco y sí que tenía más opciones que yo.
¿Cómo fue tu día a día allí en EEUU? Por si alguien de los lectores se lo está planteando el lanzarse a irse fuera de esta manera
Me levantaba, desayunaba, levantaba a los niños y les daba de desayunar. Después, preparaba la comida para la escuela y los enviaba para coger el bus. Ellos se iban a la escuela y luego ya cuando regresaban, les preparaba un snack para comer y los llevaba a las escolares (béisbol, fútbol, soccer…). Los fines de semana, cuando mi host mom (su madre anfitriona) no estaba, yo me quedaba con ellos.
Pero, también tuve suerte al tener unos niños que eran mayores (8 y 10 años), así que tampoco necesitaban muchos cuidados, al ser muy autónomos o al pedirme cosas cuando lo necesitaban. Más que nada tenía que jugar con el pequeño porque se aburría.
Antes has comentado que encontraste alguna dificultad al inicio, pero ¿llegaste a ponerte trabas a ti misma?
No. Es que realmente yo creo que es una suerte el haber nacido con la discapacidad, porque no he vivido sin ella (sonríe). No sé vivir de otra forma y nunca he tenido problemas para hacer nada. Todo lo que me he propuesto, lo he hecho. Por ejemplo, en el video de presentación me mostraba a mí misma haciendo cosas que alguien podría pensar que NO podría hacer. Una de ellas, por ejemplo, el conducir, otra era el ir en bici y otra, tocar la guitarra. Porque mi discapacidad, no sé si lo había dicho, es que me falta un brazo y puse esas cosas que la gente podría creer que no lo puedo hacer.
Por ejemplo, antes (de la Pandemia) me apunté a castells y conseguía el subirme y que se subieran encima (estando en la piña) y eso, faltándote un brazo, pues… Allí (hablando de cuando hacia castells) nunca me frenaron, ni me pusieron impedimentos y me apoyaban en todo, además de ayudarme en lo que fuera. Y como nunca he tenido esa barrera, nunca nadie me la ha puesto. Nadie. Así que tampoco creía que fuera una barrera el irme a EEUU).
Viéndolo desde ahora, ¿notaste algún cambio o cambiaste al volver a España tras estar ese tiempo fuera?
Sí, mucho. Crecí como persona y sí que es difícil a la hora de regresar. También fue por volver en tiempos de COVID. Yo creo que crecí mucho… Por ejemplo, antes de irme nunca se me había ocurrido el viajar sola. Y ahora, si debo viajar sola, me voy sola y me lo paso súper bien.
¿Y cómo fue la experiencia a la hora de conocer a otra gente?
Claro, por ejemplo, un viaje que hice allí fue para ir a Michigan ver a una amiga que había hecho allí. Y la verdad es que es fácil el hacer amigos fuera (aquí es más difícil).
Aunque, al principio, al hacer amigos sí fue algo difícil, pues yo al final soy una persona tímida y un día me invitaron a ver la Super Bowl en casa de un amigo… Bueno, en realidad era un amigo de un amigo de un amigo (se ríe) y había como mínimo en esa casa unas 30 personas. Y al inicio pues era tímida y no decía mucho a la gente, pero al final terminé conociendo a varios amigos con los que sigo manteniendo la amistad.
Para alguien con discapacidad que esté pensando en hacer algo similar (el irse a trabajar de Au Pair, estudiar o trabajar…), ¿qué consejos tienes para esa persona, en caso de no estar segura de hacerlo?
Les diría que adelante, que seguro que hay alguna familia que no le importa que tenga discapacidad. Mira, yo encontré una y todo me fue súper bien. Y seguro que hay alguna familia que quiera. De hecho, mi host mom me comentó que le gustaba el hecho de que yo tuviera discapacidad, para poder enseñar a los niños. Enseñarles de que es normal y que no pasa nada. Enseñarles que me podían llamar si necesitaban algo, por mucho que creyeran que yo no lo podía hacer.
Que no tengan miedo, que todo son experiencias. Y, lo más importante, pues se aprende mucho inglés que eso siempre viene bien.
Lejos de esta experiencia, ¿ha encontrado otras dificultades o barreras en algún otro momento? ¿Y cómo las has superado, si ha sido así?
En la búsqueda de trabajo… Porque en el currículum pongo que tengo discapacidad y cuando me preguntan por el tipo de discapacidad, siempre llegan las preguntas de “¿Podrías hacer esto?”, “¿Crees que lo podrías hacer?”.
Por ejemplo, en una entrevista me llamaron y cuando les dije que mi discapacidad era que me faltaba un brazo, me dijeron que ya me llamarían, pero que necesitaban a alguien que pudiera abrir una puerta, porque era muy fuerte la puerta. Que necesitaban a alguien con mucha fuerza para abrir esa puerta… La entrevista fue por teléfono. Para un puesto de técnico de producción. Yo lo que les dije es que estaba muy fuerte (se ríe). Al final, me lo tomo a broma, pero sí que fastidia, aunque intento siempre buscar otra oportunidad.
Lo que sí, he tenido alguna entrevista en supermercados, por ejemplo. Me preguntaban si podía coger las cosas, levantar packs… Lo que yo les decía es que, en mi casa, mi madre (también tiene discapacidad al tener un accidente de coche y tener el brazo derecho inmovilizado) está “peor”, que la que levanta los pesos soy yo.
En perspectiva de estar en el mes de la mujer, como mujer con discapacidad queremos saber tu opinión respecto a la igualdad, ¿crees que existe aún más desigualdad en las mujeres con discapacidad? ¿Lo has notado?
Yo creo que sí. En el trabajo seguro, aunque en otros ámbitos no sé… Yo tengo una discapacidad que creo que no me impide nada, es “muy fácil” de llevar. Bueno, algún día en la universidad, también, hubo algún “problemilla” …
Y, la última, ¿tienes alguna figura a seguir? (Que te hayan inspirado, que te hayan dado esa fuerza que en muchas ocasiones habrás tenido que sacar)
Muchas, una de ellas es mi madre, por ejemplo. Tuvo un accidente y tuvo que aprender a hacer todo porque ella era diestra y fue en su mano derecha Y, luego, hay dos personas más que viven también en mi pueblo. Una de ellas es un profesor de música al que también le falta parte del brazo izquierdo. Me enseñó a tocar la guitarra y la flauta dulce. Él toca de todo.
Y la otra es una mujer que es nadadora y ganaba bastantes competiciones. Ella siempre quería competir también en competiciones fuera del deporte paralímpico, contra personas sin discapacidad.