Finalmente, la Asamblea de Madrid eludió este jueves el muy delicado debate de la eutanasia. Podemos habí­a traido a la Cámara regional una polémica proposición no de ley por la que instaba a la despenalización del llamado «sucidio médicamente asistido», tipificado en el Código Penal, pero la retiró in extremis. A cambio, se garantizó el apoyo del resto de los grupos para sacar adelante una proposición transaccional que ahonda en la necesidad de garantizar una muerte digna a todos los ciudadanos.

En concreto, la Asamblea aprobó que la Comunidad impulse el llamado documento de «instrucciones previas», que erróneamente suele denominarse «testamento vital». Se trata de un documento por el que cualquier ciudadano mayor de edad puede dejar expresado por escrito cómo desea que se le trate médicamente en la fase final de su vida, si al llegar a ella no estuviera en plenas facultades mentales o fí­scas. Por ejemplo, uno tiene derecho a decir si no desea que le mantengan conectado a un soporte vital cuando está en un proceso de enfermedad incurable avanzada o de agoní­a. En Madrid, 19.600 ciudadanos han registrado las instrucciones previas, un número muy limitado comparado con la población de Cataluña (50.000), Andalucí­a (24.000) o Paí­s Vasco (14.000). Hasta ahora, solo podí­an formalizar este documento en el registro de la calle Sagasta, donde eran atendidos por especialistas médicos y legales. La moción aprobada ahora permitirá que los ciudadanos puedan dejar su «testamento vital» en hospitale y centros de salud. Además, se incorporarán automáticamente en la historia clí­nica del paciente. Se calcula que, en total, se habilitarán 250 puntos. Ciudadanos y PSOE han afeado a Podemos que la inclusión de la despenalización del suicidio en este debate es «una mezcolanza» que «enturbia» y «genera confusión» y han agradecido al grupo de Pablo Iglesias que retirara el punto polémico -que en todo caso no es competencia autonómica, sino nacional- para centrarse en mejorar los cuidados paliativos y la muerte digna en la región.