Los problemas lumbares, cervicales, de…

El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (Cpfcm) señaló que las patologí­as más frecuentes que padecen los costaleros durante los pasos de Semana Santa son las lumbalgias, las cervicalgias y las lesiones de rodilla y tobillo.

Además, alertó que la mala distribución de los costaleros bajo el paso puede originar la aparición de hernias, epicondilitis (codo de tenista), esguinces de rodilla y tobillo, así­ como las roturas meniscales, entre otras. El secretario general del Cpfcm, José Santos, explicó que, para evitar dolencias, el costalero “debe siempre ser consciente del propio estado fí­sico y de salud, para lo cual es necesario acudir a un profesional sanitario antes y después de la Semana Santa”. En este sentido, al margen de un entrenamiento fí­sico en el que trabajar la fuerza, la resistencia y la coordinación, el secretario general del Cpfcm incide en la necesidad de realizar un reconocimiento médico previo y una visita al fisioterapeuta antes de participar en los ensayos y las procesiones. “La fisioterapia puede ayudar a los costaleros al compatibilizar los ensayos y procesiones, ya que es importante que la musculatura no esté sobrecargada o contracturada para poder responder adecuadamente ante algún imprevisto y no sufrir daños. Una musculatura contracturada no tiene la misma capacidad de respuesta, los reflejos son menores”, añadió Santos. La preparación fí­sica debe ser realizada de forma paralela a los ensayos y a los desfiles procesionales. El costalero debe contar con una óptima preparación muscular (fuerza, resistencia, flexibilidad), seguir una dieta equilibrada, mantener una correcta hidratación y estar psicológicamente preparado. De hecho, los principales riesgos para un costalero a la hora de sufrir lesiones, según los fisioterapeutas, son el sedentarismo, el estrés, la falta de preparación previa y el presentar un estado de salud no acorde con el esfuerzo que se va a realizar. “Un costalero es un atleta eventual por lo que debe prepararse con tiempo suficiente durante al menos, unos tres meses antes de las procesiones”, aseguró Santos, quien instó a extremar la precaución a los menores de 21 años y a los mayores de 45, “ya que son los colectivos que mayor riesgo presentan”. Tras la participación en las procesiones, los costaleros suelen necesitar atención fisioterapéutica, en su mayor parte por dolor vertebral, localizado principalmente en la zona lumbar, dorsal y cervical. Otros motivos de consulta suelen ser las disfunciones musculares (calambres, contracturas y sobrecargas), así­ como dolores articulares en tobillos, hombros, y rodillas, principalmente.