Los pacientes de Parkinson pagan…

Manos de ancianoLas asociaciones de familiares de enfermos de Parkinson están preocupadas por los recortes que se avecinan en materia sanitaria. Aseguran que están en peligro prestaciones como logopedia y fisioterapia, que los afectados se tienen que autofinanciar para retardar los problemas de dependencia asociados a la patologí­a.

Con motivo de la celebración del Dí­a Mundial del Parkinson, que se celebra hoy, las organizaciones de afectados por la enfermedad están sumidas en la desazón. No es para menos: al recorte del 13% en los presupuestos del Ministerio de Sanidad, hay que añadir los 10.000 millones de reducción del gasto en los servicios sanitarios y educativos. Si las cosas no cambian -y nada hace pensar lo contrario-, los enfermos seguirán abonando de su bolsillo el coste de las terapias rehabilitadoras, a pesar de que se trata de prestaciones a las que tienen derecho los usuarios por estar incluidas en el catálogo de prestaciones de la sanidad pública.

Según explicó el presidente de la Federación Española de Parkinson (FEP), José Luis Molero, las organizaciones asumen un 60% del coste de las terapias y el 40% restante es sufragado por el socio. Por fortuna, solo el 10% de los pacientes de Parkinson requieren este tipo de tratamiento.

Para subsanar el problema, la FED reclama de las autoridades sanitarias que se reconozca a las asociaciones de afectados como prestadoras de servicios dentro del sistema nacional de salud. Entre 120.000 y 150.000 personas padecen Parkinson, una dolencia degenerativa y crónica del sistema nervioso, caracterizada por afectar a las zonas del cerebro encargadas del control y coordinación del movimiento y del equilibrio.

El Parkinson ya es la segunda patologí­a neurodegenerativa, tras el Alzheimer, más numerosa. Por añadidura, se calcula que el número de afectados, debido al progresivo envejecimiento de la población española, se duplicará en 20 años y se triplicará en 2050. En la actualidad, el coste de la enfermedad del Parkinson en Europa se acerca a los 11 billones de euros anuales.

La FEP expresó su protesta por la reducción del presupuesto dedicado a investigación, sobre todo teniendo en cuenta que son muchos los aspectos que se ignoran sobre la dolencia, como las causas que la originan.