Los fisioterapeutas desaconsejan el uso del aspirador nasal para limpiar la nariz del bebé
El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM) aconseja los lavados nasales frente al uso del aspirador para limpiar la nariz del bebé. Según la experta en Fisioterapia Respiratoria Infantil, Beatriz Jiménez, “el aspirador nasal da muchos problemas de otitis, ya que al utilizarlo hay muchas probabilidades de que el moco entre en la Trompa de Eustaquio, canal que hay entre el oído y la garganta, y la obstruya”.
Para evitar este tipo de complicaciones y facilitar la respiración del bebé, se recomienda hacer un lavado nasal diario si el niño está sano, y unos 5 al día como mínimo si está enfermo. “Los mocos llegan, pero los lavados nasales, con mono-dosis de suero fisiológico en cada orificio, son la mejor manera de evitar que vayan a más”, señala la fisioterapeuta. “Los lactantes tienen mucha dificultad para toser con fuerza y evacuar. De hecho, no pueden hacerlo espontáneamente, si no sólo cuando los mocos llegan a una determinada zona, que es un punto reflejo”, explica. “Esto hace que las secreciones se acumulen, imposibilitando la respiración del niño por vía nasal y dificultando por tanto su lactancia. Así, al no poder alimentarse adecuadamente, la recuperación del bebé se ralentiza de manera considerable”.