Los expertos reclaman más recursos…

Un estudio de la Fundación Simetrí­as en el que han participado decenas de expertos urge a incrementar los recursos económicos y materiales para mejorar la atención a los jóvenes sin hogar en España, para aumentar las posibilidades de que puedan tener un futuro mejor, ofreciéndoles así­ la opción de acceder a una formación adecuada que les abra las puertas del mercado laboral.

Así­ lo explicó en rueda de prensa la presidenta de la citada fundación, íngeles Dí­az, quien comentó que el informe se ha realizado también en otros nueve paí­ses de la Unión Europea (UE), bajo la coordinación de la Universidad de Wolverhampton, de Reino Unido, y se enmarca dentro del programa ‘Daphne’ de la Comisión de Justicia de la UE.

 

El objetivo del informe, según íngeles Dí­az, es poner de manifiesto cómo se trabaja con los menores en cada paí­s, “sobre todo con los que se encuentran en situaciones más difí­ciles”. Así­, el trabajo resalta positivamente de España que no hay “prácticamente ningún niño que viva sin techo, porque cuando la Policí­a encuentra a alguno lo identifica rápidamente y pasa a ser tutelado por los servicios sociales o se devuelve a su familia”. Este es el caso por ejemplo de los menores que se fugan de su casa o de un centro.

Eso sí­, muchos niños viven en situaciones complicadas que van desde estar instalados en asentamientos infrahumanos hasta residir hacinados en viviendas en las que viven varias familias. Según el estudio, este hecho es más frecuente entre inmigrantes, que en muchos casos tienen problemas para obtener el permiso de residencia necesario para acceder a un piso de protección oficial.
Asimismo, la presidenta de la Fundación Simetrí­as alertó de que este problema no sólo afecta a los menores de 18 años, pues por ejemplo, algunos jóvenes que residen en pisos tutelados, residencias o con familias de acogida (41.000 a fecha de 2013), cuando cumplen la mayorí­a de edad, si no se les hace un seguimiento y se les ofrecen ayudas de inserción social, formación y acceso al mercado de trabajo, “pueden terminar incluso viviendo en la calle”.