Los cientí­ficos utilizan con éxito…

En la imagen, una investigadora en un laboratorio de análisis clí­nicos. El virus que causa el SIDA se puede utilizar para el tratamiento de dos enfermedades hereditarias graves. Después de la ocurrencia de un cientí­fico italiano en 1996, y años de resultados prometedores en el laboratorio, seis niños en todo el mundo se encuentran bien de sus enfermedades y demuestran beneficios significativos tras tres años de tratamiento con vectores de terapia génica derviados del virus de la inmunodefiencia humana (VIH), tal y como publica la revista cientí­fica ‘Science’.

Precisamente, los éxitos de dos ensayos, hechos públicos en ‘Science’ y realizados por un equipo de investigadores del Instituto San Raffaele Teletón para la Terapia Génica (TIGET) en Milán, dirigidos por Luigi Naldini, demuestran que los vectores de terapia génica derivados del virus del VIH van en contra de dos enfermedades genéticas graves, la leucodistrofia metacromática y el sí­ndrome de Wiskott-Aldrich. “Tres años después del inicio del ensayo clí­nico -relata Naldini-, los resultados obtenidos en los primeros seis pacientes son muy alentadores: la terapia no sólo es segura, sino también eficaz y capaz de cambiar la historia clí­nica de estas enfermedades graves. Después de 15 años de esfuerzo y nuestros éxitos en el laboratorio, es muy emocionante ser capaces de dar una solución concreta a los primeros pacientes”, explica el director de TIGET.

Así­, en el origen de ambas enfermedades hay un defecto genético que resulta en la deficiencia de una proteí­na esencial para el organismo en los primeros años de la vida. En el caso de la leucodistrofia metacromática, que hasta ahora era incurable, el sistema nervioso queda afectado: los bebés con esta enfermedad son aparentemente sanos al nacer, pero en algún momento comienzan a perder poco a poco las habilidades cognitivas y motoras que han adquirido, sin ninguna posibilidad de detener el proceso neurodegenerativo.

Por otra parte, los niños con sí­ndrome de Wiskott-Aldrich tienen un sistema inmunitario defectuoso que los hace mucho más vulnerables de lo normal para el desarrollo de infecciones, enfermedades autoinmunes y cáncer, así­ como algunos con un defecto en las plaquetas que causa hemorragia frecuente. Después de los resultados positivos obtenidos en el curso de muchos años de estudio en el laboratorio, estos cientí­ficos italianos trataron de corregir el defecto genético que causa estas enfermedades con la terapia génica. La técnica consiste en la retirada de las células madre hematopoyéticas de la médula ósea del paciente y la introducción de una copia corregida del gen defectuoso con el uso de vectores virales derivados de VIH (que comenzaron a desarrollar en 1996, gracias a la obra de Luigi Naldini).

Una vez reinyectadas en el cuerpo, las células tratadas son capaces de restaurar la proteí­na carente en los órganos clave. “En los pacientes con sí­ndrome de Wiskott-Aldrich, las células sanguí­neas se ven directamente afectadas por la enfermedad y las células madre corregidas reemplazan las células enfermas que configuran el sistema inmunológico para que funcione correctamente y tenga plaquetas normales. Gracias a la terapia génica, los niños ya no tienen que enfrentarse a hemorragias graves y la infección, sino que pueden correr, jugar e ir a la escuela”, explica Alessandro Aiuti, coordinador del estudio clí­nico en estos pacientes y jefe de investigación de la Clí­nica Pediátrica en TIGET. Eugenio Montini, quien coordinó el análisis molecular de las células de los pacientes, añade: “Hasta ahora nunca hemos visto una forma de diseñar las células madre mediante la terapia génica que ea tan eficaz y segura como ésta. Estos resultados abren el camino a nuevas terapias para otras enfermedades más comunes”.

Por último, ambos ensayos, que involucraron a un equipo de más de 70 personas, entre investigadores y clí­nicos, se iniciaron en la primavera de 2010, y solicitaron la participación de 16 pacientes en total, seis que sufren de sí­ndrome de Wiskott-Aldrich y diez de leucodistrofia metacromática. Los resultados publicados en ‘Science’ se refieren sólo a los primeros seis pacientes (tres de cada estudio), es decir, aquellos para los que ha pasado el tiempo suficiente después de la administración de la terapia para permitir a los cientí­ficos dibujar las primeras conclusiones significativas con respecto a su seguridad y eficacia.