Los casos de bronquiolitis en…

Los casos de bronquiolitis en niños se mantienen más o menos estables pero afortunadamente la gravedad es menor debido a que la población fuma menos y que los padres están más concienciados con esta enfermedad y suelen acudir rápidamente a que su hijo sea evaluado por un pediatra, sin esperar a que progrese la dificultad respiratoria, según el coordinador del Servicio Materno-Infantil Centro Médico Milenium Sanitas de Valencia, el doctor Fernando Garcí­a-Sala Viguer.

Esta patologí­a se produce por el virus respiratorio sincitial (VRS) y suele afectar a los lactantes menores de un año en los meses de invierno y ocasiona un cuadro de dificultad respiratoria progresiva que en muchos casos precisa el ingreso del lactante en una unidad de intensivos pediátricos. Además, la prematuridad la patologí­a cardiopulmonar, los problemas de inmunodeficiencia y la edad menor de 12 semanas que hacen que aumente el riesgo de padecer esta enfermedad. Por otro lado, “el habito de fumar de los padres también se relaciona con una mayor probabilidad de afectación en sus hijos y finalmente la existencia de problemas alérgicos pueden ser el inicio de una inflamación pulmonar en la que el VRS anide con más facilidad”, ha señalado en declaraciones a Europa Press el doctor Garcí­a-Sala Viguer, miembro de la comunidad médica en Internet Saluspot.

 

Esta enfermedad no se puede prevenir al cien por cien ya que depende de muchas causas pero los pacientes en riesgo se pueden beneficiar de la administración de anticuerpos monoclonales que son eficaces para prevenirla.

En cuanto al tratamiento, en los lactantes más mayores se usa el salbutamol y los corticoides inhalados, dependiendo de la evolución y la gravedad del cuadro clí­nico, según ha afirmado el doctor Garcí­a-Sala Viguer. Sin embargo, la Asociación Americana de Pediatrí­a en su última publicación sobre el manejo de la bronquiolitis desaconseja el uso del salbutamol, adrenalina, corticoides sistémicos y antibióticos salvo que se sospeche una sobreinfección bacteriana. A este respecto se sigue recomendando el empleo de suero salino nebulizado en pacientes ingresados y el aporte de oxí­geno si el paciente lo requiere al tener baja la saturación de oxí­geno por pulsoximetrí­a.