Los cambios 'epigenéticos' pueden causar…

Investigadores del Centro de Investigación sobre Nutrición Infantil USDA/ARS en el Colegio Baylor de Medicina y el Hospital de Niños de Texas, en Estados Unidos, han creado un modelo de ratón que proporciona la primera evidencia ‘in vivo’ de que las alteraciones epigenéticas por sí­ solas pueden causar cáncer, un hallazo que publica este viernes la revista ‘Journal of Clinical Investigation’.

“Sabí­amos que los cambios epigenéticos se asocian con el cáncer, pero no se sabí­a si se trataba de una causa o una consecuencia del cáncer. El desarrollo de este nuevo enfoque de ingenierí­a epigenética nos permitió probar si los cambios de metilación del ADN por sí­ solos pueden conducir al cáncer”, relata Lanlan Shen, profesora asociada de Pediatrí­a de Baylor y autora principal del estudio.

Durante mucho tiempo, se ha pensado que el cáncer es principalmente una enfermedad genética, pero en las últimas décadas los cientí­ficos han llegado a creer que los cambios epigenéticos, que no cambian la secuencia de ADN sino cómo se ‘lee’, también juegan un papel en el cáncer. En particular, la metilación del ADN, la adición de un grupo metilo (o molécula), es un interruptor epigenético que de forma estable puede desactivar los genes, lo que sugiere un potencial para causar cáncer igual que lo puede hacer una mutación genética. Hasta ahora, sin embargo, era deficiente la evidencia directa de la formación de cáncer por unidades de metilación del ADN. Shen y sus colegas se centraron en p16, un gen que normalmente funciona para prevenir el cáncer, pero está metilado comúnmente en un amplio espectro de cánceres humanos. Estos expertos idearon un enfoque para diseñar la metilación del ADN especí­ficamente en la región del ratón reguladora de p16.

Como estaba previsto, el promotor p16 diseñado actuó como un imán de la metilación. Conforme los roedores alcanzaron la edad adulta, el aumento gradual de la metilación de p16 condujo a una mayor incidencia de cánceres espontáneos y redujo la supervivencia. “Esto no sólo es la primera evidencia ‘in vivo’ de que la alteración epigenética por sí­ sola puede causar cáncer –subraya Shen– sino que también tiene profundas implicaciones para futuros estudios, ya que los cambios epigenéticos son potencialmente reversibles. Por lo tanto, nuestros resultados proporcionan esperanza para nuevas terapias epigenéticas y validan un nuevo enfoque para ponerlas a prueba”.