Los beneficios de la mamografí­a…

Una revisión completa de estudios internacionales realizados para evaluar los beneficios y daños de la mamografí­a de cribado sugiere que los aspectos positivos de esta prueba a menudo se sobreestiman mientras que los negativos se subestiman.

Como los beneficios y los daños de la mamografí­a se relacionan con un complejo conjunto de factores clí­nicos y preferencias personales, los médicos y los pacientes necesitan más orientación para enfocar de forma más individualizada la detección del cáncer de mama, según los autores del estudio. Los resultados de esta revisión realizada por investigadores del Departamento de Polí­tica de Salud de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard y el Hospital Brigham y de Mujeres, en Estados Unidos, se publican este martes en ‘Journal of the American Medical Association’.

La Sociedad Americana del Cáncer estima que cerca de 40.000 mujeres estadounidenses morirán de cáncer de mama este año. En 2009, los Servicios de Prevención de Estados Unidos (USPSTF, por sus siglas en inglés) revirtieron su anterior recomendación de realizar la mamografí­a cada uno o dos años a partir de la edad 40 años y aconsejaron el cribado de rutina cada dos años comenzando a la edad de 50 años, recuerdan los investigadores. Pero estas recomendaciones siguen siendo controvertidas entre el público en general y la comunidad médica y la evidencia reciente sugiere que el uso de la mamografí­a en Estados Unidos no ha cambiado tras la actualización de las recomendaciones. “Les digo a mis pacientes que la mamografí­a no es una prueba perfecta”, subraya Nancy Keating, coautora del informe, profesora asociada de Polí­ticas de Atención Sanitaria en Harvard. “Algunos cánceres se perderán, algunas personas morirán de cáncer de mama, independientemente de que se hagan una mamografí­a y un pequeño número de personas que sin esta prueba podrí­an haber muerto de cáncer de mama se salvarán”, señala esta investigadora.

Por últio, los autores del documento creen que la mejor estimación de la reducción de la mortalidad por cáncer de mama gracias a los exámenes anuales para las mujeres en general es de aproximadamente el 19 por ciento. Para las de 40 años, la reducción del riesgo es de un 15 por ciento y para las de 60 años, alrededor del 32 por ciento. Pero, por otra parte, la mamografí­a se asocia con daños que pueden ser compartidos por todas las mujeres que se someten a las pruebas de detección, no sólo las mujeres que con el tiempo se benefician de estas pruebas.