Los anclajes del servicio de alquiler de bicicletas de Madrid pueden suponer una “barrera arquitectónica” para las personas que tienen una discapacidad sensorial y para aquellas con movilidad reducida.

“Queremos dar una llamada de atención para que estos elementos no se conviertan en una barrera arquitectónica. No serí­a necesario recordar este tipo de cuestiones ya que existen suficientes canales de colaboración con las administraciones para evitar situaciones en las que este tipo de elementos no supongan un verdadero obstáculo”, según explicó el presidente de FAMMA, Javier Font. El colectivo de personas con discapacidad considera que es necesario asentar la “cultura de la bicicleta” entre la ciudadaní­a pero advierte que antes es necesario desarrollar labores de educación para que la sociedad entienda que no deben producirse incidentes entre ciclistas y peatones. “Reclamamos que no se haga la casa por el tejado. Hay que generar una cultura de la convivencia con las bicicletas desde la educación, además de reglamentar todo adecuadamente. La cultura de la bicicleta está bien pero antes hay que sentar las bases para que su uso no genere inconvenientes”, afirmó el presidente de la Federación.