Las personas con mal carácter…

Demostrado. Tener mal carácter es malo para la salud. La Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA) ha desvelado que las personas con mal carácter o que presentan una actitud hostil, desconfianzadas, enojadas o que no controlan su rabia tienen más problemas de corazón.

Lo mismo ocurre con las personas negativas y poco sociables. Tener un estatus socioeconómico bajo, carecer de apoyo social o sufrir estrés, depresión o ansiedad, también afecta al corazón. El presidente de Seh-Lelha, Julián Segura, señala que hay una relación entre este tipo de carácter y el estilo de vida.

El mal humor se asocia con el consumo de tabaco, alimentación poco equilibrada y menor ejercicio fí­sico. Cambiar los hábitos es la mejor medicina, porque evita tomar altas dosis de medicamentos. La primera medicina es… una buena dieta La mejor medicina para cuidar nuestro corazón está en el plato. La disminución del consumo de sal, el incremento de frutas, verduras, y alimentos bajos en grasa y ricos en ácidos grasos insaturados, la reducción y el control del peso, la actividad fí­sica regular, el abandono del tabaco y del alcohol, y en el caso de que se beba, el hacerlo de manera moderada y eligiendo bebidas fermentadas como el vino o la cerveza es vital para tener un corazón sano. Eo sí­, la Sociedad Española de Hipertensión recomienda huir de aquellas dietas que cuantifican el consumo de calorí­as, y aconsejan acudir a expertos.

Contra el mito del gimnasio como único bastión del ejercicio, los expertos aconsejan caminar, ya que no es obligatorio correr o practicar un deporte para conseguir los efectos beneficiosos del ejercicio. En este catálogo de recomendaciones también incluye la práctica de hobbies que requieran un cierto esfuerzo, como la fotografí­a o tener una mascota a la que haya que sacar de paseo, incorporar en la rutina el subir y bajar escaleras en lugar de utilizar los ascensores. Sí­ apuestan por las nuevas tecnologí­as como forma para motivar. El uso de podómetros o de algún otro dispositivo tecnológico que contabilice el número de pasos que se dan al dí­a para chequear el logro de los objetivos propuestos es motivador. Solo un dato para empezar a cuidar nuestro corazón, si damos más de 10.000 pasos al dí­a, dejaremos de ser sedentarios.