Las mujeres mayores de 65…

Las mujeres mayores de 65 años pasan más años de su vida con peores condiciones de salud que los hombres, según un análisis realizado por los organizadores del XIV Encuentro Nacional de Salud y Medicina de la Mujer, SAMEM 14, que se celebrará del 19 al 21 de febrero en Madrid. Aunque la esperanza de vida es mayor que el hombre, la calidad de vida es peor. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadí­stica (INE), a los 65 años, los varones viven el 51,9% el resto de su vida en buena salud frente al 40,4% de las mujeres.

Esta peor salud de la mujer se debe “a la peor calidad de vida que sufren con respecto a los hombres a medida que van envejeciendo”, comenta el doctor Santiago Palacios, director del Instituto Palacios y coordinador de SAMEM 14. Los últimos datos del INE muestran que la percepción del estado de salud de hombres y mujeres disminuye con la edad y siempre es peor en el caso de ellas. “Su vida se extiende unos 25 o 30 años después de la menopausia y suelen vivir un promedio de seis años más que ellos en los paí­ses desarrollados, pero no en buenas condiciones. Por eso es imprescindible llevar a cabo medidas de prevención que contribuyan a mejorar su calidad de vida y, en consecuencia, su estado de salud”, asegura el doctor Palacios.

Uno de los retos que se plantearán en SAMEM 14 es “identificar a aquellas mujeres con factores de riesgo que se encuentran en la posmenopausia”, según su coordinador. Esas medidas deben ir encaminadas a “difundir información sobre el envejecimiento normal, centrar la atención en los principales problemas de salud con la edad y orientar la investigación a mejorar su estado de salud con estudios que aumenten el número de mujeres en ensayos clí­nicos”, indica. Para ello hay que tener en cuenta también las diferencias genéticas, hormonales y sociales entre ambos géneros, “lo que a menudo no sucede”, advierte.

Las diferencias genéticas desde la fecundación originan “un desarrollo del sistema nervioso central distinto, lo que mantiene las diferencias en la función neuronal, modula el comportamiento, la fisiologí­a cerebral y las funciones neuroendocrinas”, comenta el doctor Palacios. Por lo tanto, la genética, las hormonas y las diferencias sociales podrí­an explicar “la mayor prevalencia femenina de la osteoporosiso la depresión, la diferencia en la evolución de ciertas enfermedades cardiovasculares, o el diverso comportamiento de los analgésicos”, añade.