Las fundaciones españolas están ahora mejor posicionadas ante la salida de la crisis
Las fundaciones españolas están mejor posicionadas ante la previsible salida de la crisis, al haber interiorizado mejor que otros sectores empresariales las ventajas que presenta la mejoría de los datos macroeconómicos.
Así lo refleja el Indicador de Actividad Fundacional (IAF)correspondiente al segundo trimestre de 2014 que la Asociación Española de Fundaciones (AEF) publicó hoy desde el Instituto de Análisis Estratégico de Fundaciones (Inaef).
Los resultados presentan un incremento tanto en el balance de expectativas como en el balance de situación del sector, y reflejan de nuevo el mayor optimismo de los gestores de fundaciones frente a los de establecimientos empresariales, al comparar los datos del presente índice con los obtenidos por el INE para la economía española en su conjunto a través del índice de Confianza Empresarial Armonizado (Icea).
Según el estudio, el 38% de las fundaciones son optimistas respecto a la marcha de su actividad, frente al 16% que así lo considera en el sector empresarial. El balance de expectativas -diferencia entre las opiniones de entidades optimistas y pesimistas- alcanzó en este segundo trimestre los +24,9 puntos, mientras que para el conjunto de la economía española se sitúa en ”“14,8 puntos. Por su parte, el balance de situación -diferencia entre el porcentaje de respuestas favorables y desfavorables relativas al primer trimestre de 2014- subió hasta +24 puntos, mientras que para la economía española en general se sitúa en ”“26,3 puntos.
La reciente actualización de las perspectivas de crecimiento para España, que sitúan el crecimiento anual en el entorno del 1,5% del PIB, confirmó la visión optimista expresada por el sector fundacional en el primer trimestre de 2014, y refleja cómo el sector está mejor posicionado para optimizar la gestión en una previsible salida de la crisis. A diferencia de lo que ocurre en otros ámbitos empresariales, parece que las entidades del Tercer Sector son las que mejor han interiorizado las ventajas de la mejoría en los datos macroeconómicos.
Por último, el inicio de la recuperación de las economías desarrolladas, el aparente despertar de la demanda interna y del consumo familiar, el mejor comportamiento del empleo y la mejora de los mercados financieros de capital, así como la reducción de la incertidumbre respecto a la política financiera de las autoridades monetarias, parecen estar sentando las bases para una verdadera recuperación de la actividad económica, principalmente en lo relativo a las operaciones de crédito, tema especialmente sensible en el ámbito fundacional.