Las donaciones de sangre caen…

Las donaciones de sangre han descendido un 7% en España en los últimos cinco años. Esta es la principal conclusión que se extrae del ‘Informe 2013 sobre la donación de sangre en España’, que han presentado la Federación Española de Donantes de Sangre (Fedsang) y la división de Farmacia de la compañí­a 3M.

En términos interanuales, las donaciones cayeron en 2013 un 4,10% en comparación con las que se realizaron en 2012. Durante el año pasado se produjo una media de 36 transfusiones de sangre por cada 1.000 habitantes, cifra ligeramente inferior a la que tuvo lugar doce meses antes cuando se alcanzaron las 37,44 donaciones. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la cifra idónea ha de ser de 45 por cada 1.000 habitantes.

Las causas que explican este descenso de las donaciones, según el informe, son las siguientes: la intensidad del ritmo de vida actual, el contexto socioeconómico, la falta de información, el desconocimiento, la ausencia de conciencia social, la dejadez, la comodidad y la indiferencia de los ciudadanos. “La transfusión de sangre es fundamental. Si se diera una complicación en un quirófano, aunque hubiese tres premios Nobel presentes, sin sangre no se podrí­a solucionar el problema”, explicó Martí­n Manceñido, presidente de Fedsang.

El perfil del donante en España responde a un hombre joven. Si bien la variante de sexo no es determinante ya que el 54% son varones, mientras que el 46% son mujeres. En cuanto a la edad, el 35% tiene entre 18 y 30 años; el 41% se encuentra entre 31 y 45; y el 24% restante, entre 46 y 65. Por comunidades autónomas, Paí­s Vasco, Extremadura, Galicia, Castilla y León y Navarra son aquellas donde más transfusiones se realizan, mientras que Canarias, Andalucí­a, Cataluña, Castilla-La Mancha, Islas Baleares y Comunidad Valenciana son los lugares donde menos donaciones se practican.

Por último, el informe muestra que en España se realizan aproximadamente 6.200 transfusiones diarias que se emplean en oncologí­a, intervenciones quirúrgicas, enfermedades sanguí­neas, trasplantes de órganos y partos. “A lo largo de nuestras vidas, todas las personas nos exponemos a una transfusión de sangre”, subrayó Manceñido.