La primera insulina biosimilar de la historia llega a España
Abasaglar es el nombre comercial de la nueva opción de tratamiento que tienen ya los pacientes con diabetes tipo 1 y 2. Los laboratorios Lilly y Boehringer Ingelheim lanzan al mercado español la primera insulina biosimilar del continente europeo, basada en Lantus (insulina garglina), de Sanofi. Está indicada en adultos, adolescentes y niños a partir de dos años.
El medicamento original (Lantus) es una insulina basal (inyectada), que se administra una vez al día y va actuando de forma lenta, manteniendo su efecto durante unas 20 horas. Como explican los expertos, ayuda a controlar la glucemia entre las comidas y por la noche. Las personas con diabetes 1 la utilizan junto con la insulina de acción rápida (la que se inyecta entre 15 y 20 minutos antes de las comidas) y quienes tienen diabetes de tipo 2 y se ponen insulina (no todos lo necesitan), pueden o no requerir otro tipo de tratamiento añadido, como el oral o el inyectado previamente a las comidas.
La insulina glargina es un medicamento biológico. Este tipo de fármacos están compuestos de organismos vivos o extractos de éstos, como proteínas, bacterias, hongos… Por el contrario, los fármacos convencionales se fabrican a través de síntesis química. En consecuencia, los biofármacos tienen un peso molecular mayor, son mucho más complejos y heterogéneos. Es decir, su producción y manipulación resulta más difícil y delicada. En comparación con los tratamiento clásicos, han demostrado alta eficacia en el abordaje de enfermedades graves y crónicas y provocan menor daños en las células sanas y otros órganos sanos. En contra, tienen un alto coste.
Abasaglar viene a ser una ‘copia’ de la insulina biológica. ‘Copia’ entre comillas precisamente porque por la complejidad de los biológicos a los que imita, “nunca puede ser igual, sino altamente similar al producto de referencia en cuanto a calidad, seguridad y eficacia”, subraya Juan Pedro López Siguero, endocrinólogo pediátrico del Hospital materno-infantil de Málaga. De ahí que este tipo de medicamentos se denominen biosimilares.
Hasta la fecha, los biosimilares aprobados en Europa son de administración hospitalaria (en especialidades como reumatología y oncología), pero en el caso de la insulina biosimilar, es el primero de estos medicamentos dirigidos a un gran número de pacientes. De hecho, el medicamento original (Lantus) es hasta la fecha la insulina más vendida en el mundo. Factura unos 6.000 millones de euros al año. Como expone López Siguero, de las insulinas basales que se ponen, Lantus representa el 90%.