La OMS pide realizar una acción integral de salud pública contra el envejecimiento
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado el ‘Informe Mundial sobre el Envejecimiento y la Salud’, coincidiendo con la celebración, este jueves, del Día Internacional de las Personas de Edad, en el que exige que se lleve a cabo, “urgentemente”, una acción integral de salud pública para hacer frente al envejecimiento.
Esta medida deberá hacerse en “todos” los entornos y “sin importar” el nivel de desarrollo socioeconómico. Para llevarlo a cabo, el organismo ha destacado la necesidad de transformar los sistemas de salud con el fin de pasar de los modelos curativos centrados en las enfermedades, a una atención “integrada y centrada” en las personas mayores. “Se requerirá desarrollar, incluso a partir de cero, sistemas integrales de atención a largo plazo. Y se necesitará una respuesta coordinada entre muchos otros sectores y distintos niveles de gobierno. Para ello, hará falta un cambio fundamental de nuestra concepción del envejecimiento, a fin de tener en cuenta la diversidad de las poblaciones de edad y combatir las inequidades que a menudo se presentan”, recalca el organismo. Además, a su entender, se deberán incorporar mejores formas de medir y monitorear la salud y el funcionamiento de las poblaciones de edad. Y es que, aunque la OMS reconoce que estas medidas “inevitablemente requerirán recursos”, asevera que, probablemente, serán una “buena inversión” en el futuro de la sociedad, donde se ofrecerá a las personas mayores la libertad de llevar una vida que las generaciones anteriores nunca hubieran imaginado.
Actualmente y por primera vez en la historia, la mayoría de las personas puede aspirar a vivir hasta entrados los 60 años y más. La mayor esperanza de vida, sumada a las caídas importantes en las tasas de fecundidad, es la causa del rápido envejecimiento de las poblaciones de todo el mundo. No obstante, en el informe la OMS avisa de que, a pesar de que se presuponga que el aumento de la longevidad viene acompañado por un periodo prolongado de buena salud, “hay pocas pruebas” de que las personas mayores en la actualidad gocen de “mejor salud” que sus padres a la misma edad. “La mayoría de los problemas de salud que enfrentan las personas mayores están asociados con enfermedades crónicas, en particular enfermedades no transmisibles. Muchas de estas pueden prevenirse o retrasarse con la adopción de hábitos saludables. Otros problemas de salud pueden tratarse con eficacia, sobre todo si se los detecta a tiempo. E incluso las personas con disminución de la capacidad pueden vivir una vida digna y de permanente crecimiento personal en los entornos favorables adecuados. Sin embargo, el mundo está muy lejos de estos ideales”, avisa. En este sentido, insiste en la importancia de dar una respuesta “integral” de salud pública al envejecimiento y advierte de que “no existe” una persona mayor “típica” ya que, por ejemplo, algunos mayores de 80 años tienen niveles de capacidad física y mental “comparables” a los de muchos jóvenes de 20 años. Por ello, aboga por políticas capaces de “derribar” la “gran cantidad de barreras” que “limitan” la participación social y las contribuciones permanentes de los adultos mayores.
Además, alude al término ‘discriminación por motivos de salud’ y señala que posiblemente es una forma “aún más generalizada” de discriminación que el sexismo o el racismo. “Las personas mayores contribuyen de diversas maneras que son menos tangibles económicamente, por ejemplo, al prestar apoyo emocional en momentos de estrés o aconsejar sobre problemas difíciles. Las políticas deben estar diseñadas de manera tal de fomentar la capacidad de las personas mayores para hacer estas múltiples contribuciones”, afirma la OMS en su informe. Por todo esto, el organismo aboga por crear servicios que proporcionen atención integrada y centrada en las personas mayores; orientar los sistemas en torno a la capacidad intrínseca; y garantizar que se cuente con personal sanitario sostenible y “debidamente capacitado”. Además, prosigue, hay que garantizar que todos los mayores tengan acceso a una evaluación completa y cuenten con un “único” plan de salud con todos los servicios; crear servicios cercanos a donde viven las personas mayores; establecer equipos multidisciplinares; apoyar la autoasistencia mediante el apoyo entre pares, la capacitación, información y asesoramiento; y asegurar la disponibilidad de los productos médicos, vacunas y tecnologías necesarias para optimizar su capacidad. Del mismo modo, la OMS aboga por legislar para proteger los derechos de las personas mayores; proporcionar mecanismos de planificación anticipada de la atención y decisiones asistidas que permitan a este colectivo mantener el máximo nivel de control sobre sus vidas a pesar de una pérdida significativa de capacidad; y crear oportunidades accesibles de aprendizaje y crecimiento permanente. También, pide crear políticas y programas que amplíen sus opciones de vivienda; iniciativas para protegerles contra la pobreza; establecer normas de accesibilidad y garantizar su cumplimiento; promover la diversidad de edades y la inclusión en los entornos de trabajo; crear encuestas de población periódicas para registrar la capacidad funcional, intrínseca y las necesidades de asistencia sanitaria; y definir indicadores y mecanismos para la vigilancia permanente.