La OMS estima que más…

En la imagen, manos de una persona mayor.La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que unos 35,6 millones de personas en el mundo viven con demencia, un dato que asegura se duplicará cada 20 años, llegando a los 65,7 millones en 2030 y 115,4 millones en 2050, siendo los paí­ses de bajos y medianos ingresos los más afectados.

Precisamente, con motivo del Dí­a Mundial de la Salud Mental, que se celebró este lunes, ha actualizado su informe dedicado en esta ocasión a la salud mental y personas mayores. Así­, advierte de que el 20 por ciento de los adultos mayores de 60 año sufren de un trastorno mental o neurológico, siendo los más comunes dentro de los trastornos neuropsiquiátricos en este grupo de edad la demencia y la depresión.

Por otra parte, los trastornos de ansiedad afectan a 3,8 por ciento de la población de edad avanzada, los problemas de consumo de sustancias afectan a casi el 1 por ciento y alrededor de una cuarta parte de las muertes por autolesión se encuentran entre los mayores de 60 o superior. Los factores que provocan un aumento de estos problemas en las personas mayores, destacan -“además de los acontecimientos estresantes tí­picos comunes a todas las personas”-, que “muchos adultos mayores pierden su capacidad para vivir de forma independiente debido a limitaciones fí­sicas, el dolor crónico, debilidad u otros problemas mentales o fí­sicos, y requieren algún tipo de atención a largo plazo”.

Además, añade, “las personas mayores son más propensas a experimentar eventos como el duelo, una caí­da en el nivel socioeconómico con la jubilación o la discapacidad. Todos estos factores pueden resultar en el aislamiento, la pérdida de la independencia, la soledad y la angustia psicológica en personas mayores”; a esto hay que añadir que “son vulnerables al abandono fí­sico y el maltrato”, lo que puede provocar problemas psicológicos como la depresión y la ansiedad.

Por último, ante esta situación, la OMS afirma que es “esencial” el reconocimiento precoz y el tratamiento de los trastornos mentales, neurológicos y de fondo en los adultos mayores, por tanto recomienda las intervenciones psicosociales y el uso de fármacos disponibles.