La exposición prolongada a la…

Las personas que están expuestas a pintura, pegamento o humos desengrasantes en el trabajo pueden tener problemas de memoria y pensamiento durante la vejez cuando se jubilan, décadas después de su exposición, según revela un estudio publicado en la edición impresa de ‘Neurology’.

«Nuestros hallazgos son particularmente importantes porque la exposición a disolventes es muy común, incluso en paí­ses industrializados como Estados Unidos -alerta la autora del estudio, Erika L. Sabbath, de la Escuela de Salud Pública de Harvard, en Boston, Estados Unidos-. Los disolventes representan un riesgo real para la salud cognitiva en el presente y el futuro de los trabajadores y, como la edad de jubilación aumenta, la cantidad de tiempo que las personas están expuestas también sube».

El estudio incluyó a 2.143 jubilados de la empresa de servicio público nacional francesa, de los que se evaluó su exposición de por vida a los disolventes clorados y los derivados del petróleo y el benceno, incluyendo el tiempo de la última exposición y la dosis de por vida. De los participantes, el 26 por ciento fueron expuestos al benceno, el 33 por ciento, a los disolventes clorados y el 25 por ciento, a los derivados del petróleo.

Por último, los participantes completaron ocho pruebas de memoria y habilidades de pensamiento, unos diez años después de jubilarse, cuando tení­an unos 66 años. El 59 por ciento de los participantes presentaban deterioro en entre una y tres de las ocho pruebas; el 23 por ciento tení­a deficiencias en cuatro o más pruebas, y el 18 por ciento no tuvo una puntuación deficiente en ninguna.

 

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