La enfermedad inflamatoria intestinal 'cuesta'…

La enfermedad inflamatoria intestinal (EII), cuyas principales formas son la colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn (EC), genera un coste económico de 1.083 millones de euros anuales en España, según el estudio ‘Enfermedad Inflamatoria Intestinal: situación actual y retos asistenciales’, elaborado por EY.

Este gasto equivale al 1,8 por ciento del gasto sanitario público en España. El 46,5 por ciento (503 millones) de estos gastos corresponde a costes indirectos derivados principalmente de las ausencias e incapacidades laborales, de las pérdidas de productividad y de los costes asociados al cuidado de menores, transporte, la asistencia en el hogar y la compra de productos nutricionales. Los costes directos suponen el 53,5 por ciento restante (579 millones), que incluyen los tratamientos farmacológicos, las hospitalizaciones y las cirugí­as, entre otros. “La introducción de biológicos ha aumentado el gasto farmacológico, pero ha permitido reducir los costes asociados a hospitalizaciones, cirugí­as y urgencias”, ha matizado la doctora y socia de Life Sciences de EY, Silvia Ondagueti-Parra. La EII es un proceso inflamatorio mediante el cual el sistema inmunitario ataca tejidos del tubo digestivo, provocando lesiones de distinta gravedad. Se inicia en edades tempranas y es crónica, con muy baja mortalidad y sintomatologí­a intermitente a lo largo del tiempo.

Es de causa desconocida, aunque se sabe que un 12,2 por ciento de los paciente con EC y un 8,8 por ciento con CU tienen antecedentes familiares (el 75% en primer grado); y también existen factores de riesgo como la mejora de las condiciones higiénicas, el uso excesivo de antibióticos, las infecciones previas y vacunas, el uso de anticonceptivos orales, el estrés o el tabaco en el caso de la CU. Según el estudio, 100.000 personas padecen colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn, y se espera que siga aumentando en los próximos años. Además, el 53 por ciento de los afectados en España son pacientes entre 20 y 39 años, uno de los paí­ses con el porcentaje más alto de adultos jóvenes afectados, “aunque puede presentarse a cualquier edad”, ha explicado la doctora. Respecto al diagnóstico, estudios recientes a nivel europeo indican que “el 45 por ciento de los casos tarda más de un año en recibir un diagnóstico definitivo, sobre todo en pacientes con EC, ya que la inflamación puede presentarse en cualquier punto del aparato digestivo, dificultando el diagnóstico.

Y en un 17 por ciento de los pacientes el periodo de diagnóstico es superior a 5 años”. El médico de familia es el encargado de valorar los sí­ntomas visibles y comunes (dolor abdominal, diarrea o cansancio) y de derivarle al médico especialista, que debe realizarle pruebas especí­ficas para confirmar el diagnóstico. “Los avances en las técnicas de diagnóstico y un mayor conocimiento de la enfermedad están favoreciendo la reducción del tiempo de diagnóstico”, ha explicado Ondategui-Parra. La especialista también ha explicado que “existen diferentes tratamientos, que pueden ser convencionales (aminosalicilatos, corticoides, inmunomodeladores) o biológicos.

Estos últimos suponen una alternativa para los pacientes que no responden a los fármacos convencionales. En la elección y administración del tratamiento están involucrados diferentes profesionales; y se está incrementando el grado de participación del paciente en la elección de su tratamiento”.