La Defensora del Pueblo Europeo…

La Defensora del Pueblo Europeo, Emily O’Reilly, ha lamentado que la Comisión Europea haya optado por no extender las polí­ticas de transparencia sobre reuniones con la industria del tabaco a todos sus direcciones generales, en lí­nea con las directrices de Naciones Unidas.

La institución habí­a remitido una recomendación al Ejecutivo comunitario que sugerí­a publicar online los encuentros que todos los departamentos mantienen con la industria del tabaco, tal y como hace actualmente con la dirección general de Salud. No obstante, Bruselas ha respondido argumentando que la polí­tica actual ya cumple las obligaciones del Convenio marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control del Tabaco (CMCT). La Defensora del Pueblo Europeo ha defendido en un comunicado que las pautas de la OMS establecen de forma clara que “todas las ramas de gobierno están bajo el ámbito de la CMCT”.

Además, ha manifestado que este movimiento “reconocerí­a la realidad de que la industria del tabaco presiona activamente a todas las direcciones generales para avanzar en sus intereses comerciales”. “Aprecio el significativo trabajo que la Comisión Juncker ha hecho para mejorar la transparencia sobre lobbying y su intención de alcanzar más mejoras. Sin embargo, esta oportunidad perdida para mostrar el liderazgo global en el área vital de lobby del tabaco”, ha enfatizado O’Reilly. “No puede ser suficiente adoptar una visión restringida de lo que se espera de la CMCT o justificar la falta de proactividad sobre la base de que se cumplen los requisitos mí­nimos legales.

La Salud Pública demanda los más altos estándares”, ha añadido antes de destacar que “mantener el statu quo” supone que futuros encuentros entre la Comisión y la industria del tabaco “pueden crear desconfianza”. PUBLICIDAD Una vez obtenida la respuesta de la Comisión Europea a su recomendación, la Defensora del Pueblo Europeo preparará su informe final sobre el caso. El Observatorio de Corporaciones en Europa ha expresado a su vez que la decisión de no tomar medidas especí­ficas contra la influencia de la industria del tabaco “refleja una complacencia preocupante y falta de vigilancia”. “La Comisión está infravalorando seriamente la magnitud, sofisticación y agresividad de los esfuerzos de esta industria tóxica”, ha recalcado. “Si la Comisión ni siquiera se toma en serio los riesgos de influencia indebida del sector más controvertido, ¿cómo puede la sociedad tener alguna confianza en su habilidad para proteger el interés general de la captura contra el regulador y el abuso de influencia”, se pregunta el coordinador de investigación y campañas de la organización, Olivier Hoedeman.