La cuarta parte de la…

En la imagen, una paciente con dolor de espalda.

El dolor de espalda es una de las afecciones comunes tratadas por los fisioterapeutas y una de las causas más frecuentes de discapacidad en las sociedades occidentales. No obstante, en torno a la cuarta parte de la población española adulta padece dolor crónico localizado en la columna vertebral, según ha asegurado la fisioterapeuta de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) Giuseppa Caputo, que coordina el curso de verano ‘Fisioterapia en las raquialgias crónicas inespecí­ficas. La técnica de Alexander’, que se ha inaugurado en Sevilla.

Precisamente, el dolor de espalda inespecí­fico o común es una de las causas más frecuentes de consulta en atención primaria y de baja laboral por enfermedad, representando un coste personal, sanitario y social muy elevado. A pesar de ello, existen pocos tratamientos que se hayan mostrado efectivos a largo plazo para ayudar a los pacientes con dolor de espalda crónico. Según informa la UPO en un comunicado, la prevalencia aumenta con la edad hasta los 65 años para reducirse ligeramente después. Además, según ha señalado esta experta, el dolor cervical es más frecuente que el dolor lumbar entre las mujeres adultas, en todas las edades y va en aumento entre los trabajadores de oficina. “Las raquialgias crónicas inespecí­ficas constituyen una condición patológica caracterizada por dolor en una o más zonas de la columna vertebral. Los cuadros clí­nicos más frecuentes, la lumbalgia y la cervicalgia, se manifiestan con un dolor producido, aumentado o modificado por las posturas y/o el movimiento, sin que se le reconozca una causa especí­fica subyacente”, manifiesta la fisioterapeuta.

Asimismo, las causas del dolor de espalda mecánico pueden obedecer a diferentes factores, siendo el sedentarismo y el estatismo postural, la sobrecarga muscular, las posturas incorrectas, los movimientos repetitivos y el estrés los principales factores de riesgo. “La técnica Alexander permite una aproximación personalizada al desarrollo de habilidades permanentes para el propio cuidado, que ayudan a la gente a reconocer, entender y evitar hábitos inadecuados que afectan al tono postural y la coordinación neuromuscular. Esta técnica implica una valoración continuada y personalizada de los patrones individuales de hábitos posturales y de movimiento”, explica Giuseppa Caputo.

Por último, a través de esta técnica y según ha expuesto la coordinadora del curso, se presta especial atención a la liberación de la tensión muscular de cabeza, cuello y espalda, mediante instrucciones verbales y contacto manual, posibilitando la descompresión de la columna vertebral.