La Comisión Europea adopta nuevas…

La prescripción electrónica avanza en los sistemas nacionales de Salud, es por ello que la Comisión y los Estados miembros se han marcado como objetivo común que estas prescripciones puedan hacerse efectivas en otros paí­ses de manera segura. Para ello, han elaborado unas lí­neas directrices con el fin de conseguir la interoperabilidad entre los Estados miembros, teniendo en cuenta tanto la seguridad del paciente como la protección de datos, según informa el Boletí­n “Europa al Dí­a”, del Departamento de Internacional de la OMC. Como se ha venido informado en anteriores boletines “Europa al dí­a”, la Directiva 2011/24/UE(1), sobre derechos de los pacientes en la asistencia sanitaria transfronteriza, tiene por finalidad facilitar a los pacientes el derecho al acceso a la asistencia en determinadas circunstancias y garantizar la continuidad del tratamiento mediante el reconocimiento de las recetas expedidas en otro Estado miembro.

Esta Directiva, prevé en su artí­culo 14, la creación de una “red de salud electrónica”, que está formada por los 28 Estados miembros y presidida por la Comisión Europea. Esta red, se ha reunido recientemente en Bruselas y ha adoptado unas lí­neas directrices sobre prescripción electrónica, que no son vinculantes y deben ser interpretadas como recomendaciones, ya que la organización y gestión del sistema sanitario, es una competencia de cada Estado miembro en base al artí­culo 168 del Tratado de Funcionamiento de la UE. No obstante, la interoperabilidad de los servicios de prescripción electrónica, si que entra dentro de los objetivos del mercado interior previstos en el artí­culo 114 del Tratado UE.

Lo que pretenden estas directrices es servir de ayuda a los paí­ses de la UE para conseguir un nivel mí­nimo de interoperabilidad, teniendo en cuenta tanto la seguridad del paciente como la protección de datos, que permita la comunicación entre los Puntos Nacionales de Contacto para la salud electrónica.

Corresponde a cada Estado miembro aplicarlas y con ello asegurar que la prescripción electrónica puede usarse tanto a nivel nacional como transfronterizo. Las lí­neas directrices establecen el tipo de datos que es necesario compartir fuera de las fronteras. También describen cómo deben transferirse dichos datos, teniendo en cuenta que el paciente habrá dado previamente su consentimiento para el uso del servicio de prescripción electrónica.