La actividad fí­sica ayuda a…

Realizar una actividad fí­sica moderada al dí­a puede marcar la diferencia entre las personas mayores que son capaces de hacer actividades cotidianas o aquellas que se quedan en casa sin moverse, según concluye un nuevo estudio de la Universidad de Florida (UF), en Gainseville, Estados Unidos, y publicado en ‘Journal of the American Medical Association’.

De hecho, la actividad fí­sica moderada ayuda a adultos de edad avanzada a mantener su capacidad de caminar a un ritmo un 18 por ciento superior que los que no hacen ejercicio. “El propósito del estudio es proporcionar evidencia definitiva de que la actividad fí­sica puede realmente mejorar la independencia de los adultos mayores”, afirma el investigador principal, Marco Pahor, director del Instituto sobre el Envejecimiento de la UF.

Además, la actividad fí­sica moderada no sólo ayudó a los adultos mayores a mantener la movilidad sino también a prevenir la pérdida de movilidad a largo plazo. El coinvestigador principal Jack Guralnik, profesor de Epidemiologí­a y Salud Pública en la Universidad de Maryland, Estados Unidos, destaca que habí­a una reducción del 28 por ciento en la movilidad de las personas que permanentemente pierden capacidad de caminar con facilidad.

Los autores del trabajo, que se presenta este martes en la reunión anual del Colegio Americano de Medicina Deportiva que se celebra en Orlando, Estados Unidos, mostraron que la prescripción de actividad fí­sica diaria puede prevenir la pérdida de movilidad en los adultos mayores, definida en el estudio como la capacidad de caminar 400 metros. Aunque esa distancia puede sonar como un número arbitrario, es relevante para los adultos mayores, según los investigadores. “Cuatrocientos metros es una vuelta alrededor de la pista o el desplazamiento desde el aparcamiento a la tienda o dos o tres manzanas alrededor de su vecindario”, pone como ejemplo Guralnik, que la califica de “importante” en el mantenimiento de una vida independiente. Llamada ´Lifestyle Interventions and Independence for Elders´ (LIFE), la investigación se llevó a cabo en ocho centros y reclutó a 1.635 hombres y mujeres sedentarios de entre 70 y 89 años, que podí­an caminar un cuarto de milla en 15 minutos, pero estaban en riesgo de perder esa capacidad. El rendimiento fí­sico bajo puede ser un predictor de muerte temprana y mayores tasas de hospitalización y los pacientes con bajo rendimiento fí­sico no son a menudo reclutados para estudios a gran escala, señala Pahor.

Por último, los participantes fueron separados al azar en dos grupos y seguidos durante un promedio de 2,6 años. El primer grupo de 818 personas caminó 150 minutos por semana e hizo ejercicios de fuerza, flexibilidad y equilibrio y fue monitorizado en dos visitas por semana a los centros, mientras el segundo grupo de 817 asistió a clases de educación para la salud y realizó ejercicios de estiramientos, una fase del estudio que se hizo entre febrero de 2010 y diciembre de 2013.