LA ACTITUD PROFESIONAL. EL ARTE…

Acompañar a menores con discapacidad en diferentes contextos puede suponer un reto. En esta entrada compartiremos algunas pautas profesionales que podemos poner en práctica para facilitar nuestra labor y realizar un apoyo efectivo para los niños y adolescentes con los que intervenimos.

 

  1. OBSERVAR. El mejor apoyo es el que pasa desapercibido

Tanto si es la primera vez que tenemos contacto con el niño como si intervenimos con él frecuentemente, es importante mantener una actitud receptiva para captar la información relevante sobre su personalidad, preferencias, capacidades, etc. Nuestra intervención ha de ser lo menos visible posible, proporcionando el apoyo exacto que necesita el niño para el éxito en su tarea: no más, no menos.

  1. ANTES DE INTERVENIR.

Antes de intervenir, es conveniente hacer una entrevista con sus padres o tutores, profesores, etc. Las personas que forman parte del ámbito más cercano al niño nos van a proporcionar una información muy valiosa para nuestro trabajo.

También es conveniente estar informado sobre la discapacidad del menor y sobre los diferentes métodos de estimulación que puedan resultar efectivos para él.

  1. PREPARAR EL ESPACIO.

En la medida de lo posible, prepararemos el espacio en el que vamos a intervenir para que se adecúe lo máximo posible a las necesidades del niño y al objetivo de la actividad a realizar.

Para ello, eliminaremos los elementos ambientales que pudieran ser molestos o distraer su atención tales como exceso de luz, ruido o música de fondo.

Elegiremos materiales accesibles, variados y adaptados a su edad y capacidades.

Así mismo, nos prepararemos a nosotros mismos para estar disponibles para lo que el niño requiera. Podemos utilizar una música relajante, visualizaciones, respiraciones conscientes, etc.

  1. ANTICIPACIÓN.

Una clave que facilitará nuestro trabajo es anticipar al niño las situaciones nuevas que puedan ocasionar dificultad para saber cómo tiene que actuar o qué se requiere de él. Expondremos de una manera clara y sencilla la tarea a través de una “agenda”, pictogramas, ruta, mapa, símbolo, gesto o cualquier otro formato que facilite la comprensión de la actividad y le aporte seguridad.

  1. COMUNICACIÓN.

Para dirigirnos adecuadamente al niño es importante que nos situemos, en la medida de lo posible, a la misma altura física o en el campo de visión que resulte más adecuado para él, respetando siempre su espacio. Al caminar, no debemos estar delante o detrás de él, sino a su lado.

Si el mensaje es para el niño, nos dirigiremos directamente a él.  Si estamos con otros adultos, no hablaremos sobre él en tercera persona.

Atenderemos sus llamadas de atención cuando lo requiera, con la intención de comprender lo que quiere expresarnos.

Utilizaremos un lenguaje adecuado y sencillo. Ha de ser claro, sin necesidad de infantilizarlo. Evitaremos gritar, gesticular en exceso o acercarnos demasiado.

Realizaremos preguntas cortas, concretas y ordenadas para facilitar las respuestas. Daremos la información de manera secuenciada.

Si es necesario, explicaremos las cosas varias veces y de diferentes maneras

Es muy importante comprobar que el niño nos ha entendido y también verificar que entendemos aquello que nos está diciendo.

  1. OTRAS RECOMENDACIONES

Ser paciente, darle tiempo para expresarse y respetar su ritmo.

Permanecer a su lado con una actitud tranquila y receptiva.

Mostrar nuestra disposición para comprenderle acomodando nuestro lenguaje verbal y no verbal.

No asumir que sabemos lo que quiere decir y esperar a que complete su mensaje.

No manipular su ayuda técnica de comunicación sin preguntar o pedir permiso.

Evitar mirar a la pantalla del dispositivo de comunicación mientras el niño está hablando.

Algunas veces no entenderemos lo que nos quiere decir. Lo importante es actuar con calma, mostrar interés por saber lo que piensa y, si es necesario, pedir que nos lo repita

 

Cada niño es diferente y la experiencia que surja de la combinación con su acompañante será única. Lo único que necesitan los niños es un adulto disponible a su lado, que pueda verlos y aceptarlos tal como son, con amor.

¡Adelante en esta bonita tarea!