Investigan una proteí­na que podrí­a…

Cientí­ficos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en California, Estados Unidos, han conseguido regenerar tejido dañado del corazón en animales mediante la entrega de una proteí­na a través de un parche de colágeno fabricado por bioingenierí­a.

“Este descubrimiento abre la puerta a un tratamiento totalmente revolucionario –afirma Pilar Ruiz-Lozano, profesora asociada de Pediatrí­a en Stanford–. Actualmente, no existe un tratamiento eficaz para revertir la cicatrización en el corazón después de los ataques al corazón”.

El trabajo, descrito en un artí­culo que se publica este miércoles en la edición digital de ‘Nature’ y liderado por Ruiz-Lozano, fue realizado por Vahid Serpooshan, investigador postdoctoral en Cardiologí­a en Stanford, y Ke Wei, investigador postdoctoral en la Universidad de California-San Diego, Estados Unidos.

En un ataque al corazón, las células del músculo cardí­aco, llamadas cardiomiocitos, mueren a causa de la falta de flujo sanguí­neo. Reemplazar esas células muertas es vital para que el órgano se recupere totalmente, pero por desgracia, el corazón de los mamí­feros adultos no se regenera de manera efectiva, haciendo que se formen cicatrices.

Los ataques al corazón causan millones de muertes al año en todo el mundo y se prevé que se disparen en los próximos decenios, triplicándose en el año 2030. Cerca de 735.000 estadounidenses sufren un ataque al corazón cada año. Ahora, muchas de las ví­ctimas sobreviven a la lesión inicial, gracias a los avances en el tratamiento temprano, pero la pérdida de cardiomiocitos puede conducir a insuficiencia cardiaca y posiblemente la muerte. “En consecuencia, la mayorí­a de los supervivientes se enfrentan a un largo y progresivo curso de insuficiencia cardiaca, con mala calidad de vida y gastos médicos muy altos”, señala Ruiz-Lozano. Se han intentado varios métodos de trasplante de células musculares sanas en un corazón dañado pero todaví­a tienen que conseguir un éxito constante en promover la curación.

Estudios de regeneración cardiaca anteriores en el pez cebra han demostrado que el epicardio es uno de los factores que impulsan la curación de un corazón dañado, recuerda Ruiz-Lozano. “Querí­amos saber qué estimula en el epicardio el miocardio, el músculo del corazón, para que se regenere”, añade. Como los corazones adultos de los mamí­feros no se regeneran de manera eficaz, estos investigadores también querí­an saber si las sustancias epicárdicas podrí­an estimular la regeneración en los corazones de los mamí­feros y restaurar la función después de un ataque al corazón.