HRW denuncia que miles de…

Human Rights Watch (HRW) ha denunciado en un informe que miles de personas con discapacidad son ví­ctimas de “graves abusos” en centros sanitarios y de oración en Ghana, por lo que ha instado al Gobierno del paí­s africano a actuar “inmediatamente” para poner fin a esta situación.

El informe, titulado ‘Casi una sentencia de muerte: Abusos contra personas con discapacidad mental en Ghana’, se ha elaborado a partir de 170 entrevistas con personas con discapacidad mental internadas en los tres hospitales psiquiátricos del paí­s, en ocho centros de oración y en las comunidades, así­ como con familiares, personal sanitario y funcionarios.

HRW ha comprobado que el millar de enfermos mentales que se encuentra en los tres hospitales psiquiátricos –ubicados en las ciudades de Accra, Pantang y Ankaful–, vive en condiciones “deplorables”, tanto higiénicas, ya que hay excrementos en el suelo por roturas en las tuberí­as, como humanas, porque el hacinamiento hace que muchos pasen todo el dí­a en el patio sin poder resguardarse del intenso calor.

En los centros de oración, vinculados a iglesias pentecostales que escapan al control gubernamental, viven cientos de personas con discapacidad mental, entre ellos niños, que no reciben tratamiento médico, ya que incluso está prohibido. “Los autoproclamados profetas intentan curar a los pacientes mediante milagros y consultas con ángeles”, ha apuntado.

Como parte del “proceso de curación”, las personas con discapacidad mental “son sometidas a ayunos que se prolongan durante semanas, y que suelen comenzar con un perí­odo de 36 horas de lo que denominan ayuno seco, en el que está prohibido beber agua”.

Además, “en los centros de oración las condiciones son peores que en los hospitales psiquiátricos”. “En los ocho centros de oración inspeccionados, casi todos los residentes estaban en patios encadenados por el tobillo a árboles, donde orinan, defecan, se bañan y duermen”, ha indicado HRW.

El informe también denuncia las dificultades a las que se enfrentan las personas con discapacidad mental que viven en comunidad. “Son ví­ctimas de actitudes estigmatizantes y discriminatorias y, en muchas ocasiones, no cuentan con atención sanitaria, vivienda, ni alimentos adecuados”, ha señalado.

La ONG ha recogido el testimonio de Doris Appiah, que ha vivido más de una década en hospitales psiquiátricos y en centros de oración y que actualmente vive en comunidad. Según su versión, durante su estancia en los centros de oración, estuvo dos meses atada con cuerdas y la obligaron a consumir unas hierbas que le han causado lesiones en la lengua.