Hasta un 8% de la población puede verse afectada por un trastorno por estrés postraumático
Precisamente, en estos términos se refería el jefe de servicio de psiquiatría forense del Instituto de Medicina Legal de Sevilla, el doctor Julio Antonio Guija Villa, quien destaca que “lo importante no es cómo ha sido de estresante sino como lo vive la persona”, siendo la evidencia de la muerte la situación que mayor respuesta traumática genera. Cualquier personas puede sufrirlo, ya que todo el mundo es susceptible de vivir un suceso traumático, insoportable y que escapa al control. En estos casos se encontraría una gran catástrofe, un atentado, un accidente grave, encontrarse en un país en guerra o ser víctima de una agresión, como una violación, un secuestro o un robo con violencia.
Normalmente, explica, la persona afectada va a vivir el fenómeno de la reexperimentación, es decir va a revivir el suceso que le genera la angustia mediante ‘flashbacks’ y pesadillas; por otra parte, está la evitación, “a la personas le produce tanto dolor estar reviviendo que un hace esfuerzo por evitarlo”; y, finalmente, se ve en alerta todo el tiempo, “tiene hiperactividad del sistema nervioso” lo que ocasiona problemas de sueño, ansiedad y embotamiento. “La persona no quiere hablar del tema, se produce una restricción de la vida afectiva y la persona se vuelve mas huraña, angustiada, trata de estar ocupada, rehúsa hablar del tema, etc.”, afirma este experto, quien ha participado esta semana en el ‘X Jornadas de Valoración del Daño Corporal. Aspectos médico prácticos’, organizado por la Fundación Mapfre.
Por último, ahora, hay que tener en cuenta que “no todos los acontecimientos tienen la misma capacidad de generar trastornos por estrés postraumático”, así en el caso de una violación se sabe que, a la semana, en el 94 por ciento de los casos aparece este trastorno, mientras que en el caso de una agresión el porcentaje es menor a la semana se ve en un 65 por ciento.