Hasta un 20% de los…

Entre un 15 y un 20% de los pacientes con hipertensión experimentan lo que se denomina el fenómeno de “bata blanca”, y solo son correctamente tratados gracias a los datos que recogen a través de las mediciones de presión arterial que realizan en sus domicilios.

Según informó el experto en hipertensión Juan Antonio Divisón, en el marco de una jornada organizada por la Sociedad Española de Hipertensión- Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (Seh-Lelha), este efecto se produce porque estos pacientes experimentan una “reacción de alerta” cuando se toman la presión arterial en consulta que hace que ésta se incremente “fuera de lo normal”, de manera que no aporta información fiable a la hora de prescribir el tratamiento.
“Si no se tuvieran estos datos, probablemente estas personas no estarí­an recibiendo el tratamiento adecuado, por lo que podemos decir que este sistema de medición repercute positivamente en el gasto sanitario ya que ahorra el tratamiento indebido a un 15 o un 20% de los pacientes”, aseguró.

Además, según el experto, la Automedida de la Presión Arterial (AMPA) tiene otras ventajas, como el hecho de que mejora el cumplimiento del paciente, el control de la hipertensión y por tanto, la calidad de vida. En este sentido, informó de que los pacientes que realizan la automedida de la presión arterial en el domicilio “conocen mejor su patologí­a, ya que ven las cifras de su presión arterial, y saben si están controlados o no, por lo que están tranquilos. Además, esto repercute en una mayor implicación en el cumplimiento de los tratamientos por su parte y al estar controlados, sufren menos complicaciones”.

Por este motivo, para Juan Antonio Divisón “todos los pacientes hipertensos deberí­an tener un aparato de medida de la presión arterial en casa, sobre todo aquellos a los que se les ha detectado que sufren esta reacción de alerta en la consulta”, aunque puntualizó que este sistema de medida es desaconsejable para las personas con obesidad extrema, y para aquellos que sufran ansiedad o arritmias.

Por otra parte, el experto recordó la importancia de contar con un aparato de medida de la presión arterial validado, es decir, que cumpla unos determinados requisitos que permitan obtener datos fiables. Los expertos de Seh-Lelha han revisado y contrastado la información que aportan las distintas casas comerciales, y han publicado un listado para ayudar a los profesionales sanitarios y al público en general a saber qué aparatos electrónicos de medida de la presión arterial reúnen las condiciones necesarias para ser fiables: ‘http://www.seh-lelha.org/SEHAmpa.aspx’.

Además, Seh-Lelha recuerda que para que la medida de la presión arterial en el domicilio aporte datos fiables, la persona debe hacerlo tres dí­as a la semana (dos veces antes del desayuno y dos antes de la cena con un intervalo de un minuto), en un ambiente tranquilo, con la temperatura adecuada y la vejiga vací­a.

Además, para ello debe de adoptar una postura correcta, es decir, sentado, sin cruzar las piernas y con el brazo apoyado. Por otra parte, no debe de haber realizado ejercicio fí­sico (como por ejemplo, subir las escaleras), y no haber fumado ni ingerido comida o alcohol al menos 30 minutos antes de la medida.

Según la Seh-Lelha, la generalización de la toma de presión arterial en el domicilio, podrí­a ayudar no solo a controlar los casos de hipertensión conocidos, sino a diagnosticar a los más de 4 millones de hipertensos que hay en España y que no saben que lo son. Muchas de estas personas son, según la entidad, jóvenes y personas de mediana edad que “como se encuentran bien”, no suelen acudir a las consultas médicas, pero sí­ se tomarí­an la presión arterial si hubiera en casa un tensiómetro, normalmente utilizado por otro miembro de la familia.

En este sentido, los expertos recuerdan que la hipertensión no da sí­ntomas, y solo su control y tratamiento reduce el riesgo de sufrir problemas cardiacos (infarto, angina o insuficiencia cardiaca), renales (insuficiencia renal), o cerebrales (hemorragia, infarto cerebral, o a la larga, demencia), “tarea en la que el paciente debe colaborar con su médico”.