Hacer ejercicio en la juventud…

Seis niños sostienen varios balones entre sus manos.

Salir a la calle regularmente a hacer ejercicio con los hijos puede ayudarles a prevenir una fractura de cadera cuando sean mayores. Es lo que sostiene una reciente investigación cientí­fica presentada en el Dí­a de la Sociedad Ortopédica Americana, que se celebró en Chicago (Estados Unidos) y que se publicó la revista médica ‘American Journal of Sports Medicine’.

 

‘Según nuestro estudio, el ejercicio en la infancia puede estar asociado con menores riesgos de fracturas con la edad, debido a los incrementos en la masa ósea máxima que se produce en los niños en crecimiento que realizan actividad fí­sica regular’, tal y como explicó el autor principal del ensayo, Bjorn Rosengren, de Skane University Hospital (Suecia). Rosengren y sus compañeros de investigación realizaron una intervención basada en el ejercicio controlado durante seis años en niños de 7-9 años en Suecia. En el grupo de intervención, 362 niñas y 446 niños recibieron 40 minutos de educación fí­sica todos los dí­as en la escuela, mientras el grupo de control de 780 niños y 807 niñas recibió 60 minutos de educación fí­sica por semana.

Precisamente, los investigadores registraron las fracturas en todos los participantes y siguieron el desarrollo del esqueleto anualmente. En el momento del estudio, habí­a 72 fracturas en el grupo de intervención y 143 en el grupo control que suponen un riesgo de fractura similar. El aumento de la densidad mineral ósea de la columna fue mayor en los niños y las niñas en el grupo de intervención.

Los cientí­ficos, durante este tiempo, realizaron un estudio retrospectivo de corte transversal de 709 atletas masculinos en su juventud, con una edad media de 69 años y 1.368 controles pareados, con una edad media de 70 años para determinar cuántos de ellos habí­an sufrido fracturas y las tasas de pérdida de densidad ósea. Dentro del grupo de personas que habí­an sido atletas, la densidad de la masa ósea se redujo sólo mí­nimamente entre 1 a 0,7 desviaciones estándar en comparación con el grupo control.
‘El aumento de actividad en las edades más jóvenes ayudó a inducir una mayor masa ósea y mejorar el tamaño del esqueleto en los niños, sin aumentar el riesgo de fractura. Nuestro estudio pone de relieve otra de las razones por la que los niños necesitan hacer ejercicio diario regular para mejorar su salud ahora y en el futuro’, aseguró Rosengren.