FAMMA reclama a los municipios…

FAMMA-Cocemfe Madrid reclama a los municipios de la Comunidad de Madrid la retirada de los reductores de velocidad y de las bandas transversales que regulan el tráfico, también denominados coloquialmente como “lomos de burro” o “guardias tumbados”, por suponer un peligro importante para personas con discapacidad y/o movilidad reducida, motoristas o mayores, así­ como para el conjunto de la ciudadaní­a.

Según la orden del Ministerio de Fomento FOM/3053/2008, de 23 de septiembre, por la que se aprueba la “Instrucción técnica para la instalación de reductores de velocidad y bandas transversales de alerta en carreteras de la Red de Carreteras del Estado”, todos los reductores de velocidad que regulan el tráfico y las bandas transversales de España deben ajustarse a los criterios que contiene dicha orden, en cuanto a dimensiones, medidas y caracterí­sticas. Desde la entrada en vigor de dicha orden, en 2008, se daba un plazo máximo legal de dos años, que expiró en 2010, para que se pusiera fin a los resaltes con medidas rocambolescas y salvajes y a la disparidad de medidas en lo relativo a este tipo de dispositivos que habí­a en todo el paí­s. Es habitual que los resaltes y bandas transversales no cumplan con la normativa vigente y supongan un peligro para los conductores de vehí­culos y sus acompañantes, especialmente para aquellos turismos en los que viajan personas con discapacidad y/o movilidad reducida, mayores o motoristas. MEDIDAS ESPECíFICAS DE BADENES Y REDUCTORES Esta normativa establece que el modelo de los reductores de velocidad será “una plataforma trapezoidal de 10 centí­metros de altura como máximo, construida en hormigón o material asfáltico, con un máximo de 4 metros de largo y unas rampas de subida y bajada de entre 1 y 2,5 metros, dependiendo del lí­mite de velocidad existente (un metro para lí­mites de 30 kilómetros por hora o inferior; 1,5 metros para 40 kilómetros y 2,5 metros para velocidades de 50 kilómetros”. Además, también se deben cumplir otros requisitos técnicos, que también se incumplen a menudo, en lo relativo al drenaje, la señalización o el coeficiente de fricción. Los badenes suponen un peligro para peatones, motoristas y ciclistas, y especialmente para las personas con discapacidad y/o movilidad reducida, así­ como para el conjunto de la ciudadaní­a, por lo que se deben explorar otras ví­as y formas de regulación y templado del tráfico. Perjudican la salud y lesiones de las personas con discapacidad y, asimismo, la del conjunto de los ciudadanos.