España disfruta de una de las mejores aguas de Europa, pero su calidad no es obra sólo de la naturaleza sino de los más de 700.000 controles que realiza la Administración cada año, unos 2.000 al dí­a, en los que se analizan hasta cinco millones de parámetros.

Todos estos datos los controla Margarita Palau, la jefa del área de calidad sanitaria de las aguas del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, quien explicó que “7.000 personas de todas las administraciones, como el Ministerio de Sanidad, las consejerí­as de sanidad, las confederaciones hidrográficas, así­ como empresas del ámbito privado, suministran datos a la red que vigila el agua que consumen los españoles”, de hecho el sistema cuenta ya con 30 millones de datos sobre el agua en España. “La red está en soporte web y en cuanto hay una anomalí­a salta una alarma. Pero el sistema es tan perfecto que si la alarma sale por un valor que está mal, por un error humano, no sé, como poner mal una coma que en el boletí­n del análisis está bien, pero que al subirla al sistema, ha bailado, hay que escanear el original del boletí­n y subarlo a la base para demostrarle al sistema de que se trata de un error humano, porque no se permite cambiar un valor así­ como así­”, agregó la doctora Palau, quien agregó que este sistema de control de agua acaba de cumplir 10 años.

Aseguró que las mejores aguas son las que llegan de las montañas, como la de Madrid, o Granada que tienen un gran calidad, además de pureza y sabor. “Son aguas cristalinas que se tratan, pero que son muy buenas en origen”, por el contrario, las aguas de las costas del Mediterráneo no son tan buenas porque fluyen por terrenos de yeso. “Son aptas para el consumo, pero el sabor falla”. En estos 10 años de historia, remarca la doctora Palau no se ha producido “ninguna incidencia grave, en relación con la calidad de las aguas, pero sí­ que se dan algunas relacionadas con el abastacimiento, sobre todo en verano, o cuando se producen lluvias torrenciales y quedan afectados algunos pozos, pero intentamos resolverlas enseguida”.

Por último, la responsable de Sanidad de la calidad del agua calificó de “despropósito” que el administrador de la Oficina de Agua de Portland desechara 144 millones de litros de agua porque las cámaras sorprendieron a un joven de 19 años orinando en el depósito hace unas semanas. “Si efectivamente ha sido así­, no lo entiendo. El agua que contení­a el depósito se trata convenientemente y no hay ningún problema para tomarla”.