Emplean células inmunes de la…

En un informe sobre lo que se cree que es el primer ensayo clí­nico pequeño de su tipo, los investigadores del Centro de Cáncer Kimmel de Johns Hopkins dicen que han utilizado con seguridad células inmunes obtenidas de la propia médula ósea del paciente para tratar el mieloma múltiple, un cáncer de los glóbulos blancos las células.

Los resultados del ensayo con un tipo particular de células T que se dirigen al tumor, conocidas como linfocitos infiltrantes de la médula ósea (MILs, por sus siglas en inglés), se describen en la edición de este miércoles de ‘Science Translational Medicine’. “Lo que hemos aprendido en este pequeño ensayo es que un gran número de MILs activos pueden atacar selectivamente y matar las células de mieloma”, resume el inmunólogo de Johns Hopkins Ivan Borrello, director del estudio clí­nico.

 

MILs son los soldados de infanterí­a del sistema inmune y atacan células extrañas, como bacterias o virus, explica este experto. Pero en su estado normal, están inactivas y son demasiado pocas en número para tener un efecto medible sobre el cáncer. Investigación anterior de laboratorio de Borrello y sus colegas mostró que MILs activados podrí­an atacar selectivamente y matar las células de mieloma tomadas de pacientes y cultivadas en frascos de cultivo de laboratorio.

Para el nuevo ensayo clí­nico, el equipo de Johns Hopkins reclucó a 25 pacientes con mieloma múltiple recién diagnosticado o recidivante, aunque tres de los pacientes recayeron antes de que pudieran recibir la terapia de MILs. Los cientí­ficos recogieron MILs de la médula ósea de cada paciente, las cultivaron en el laboratorio para ampliar su número, las activaron con perlas microscópicas recubiertas con anticuerpos activadores inmunes e inyectaron por ví­a intravenosa a cada uno de los 22 pacientes con sus propias células.

Tres dí­as antes de las inyecciones de MILs, los pacientes recibieron dosis altas de quimioterapia y un trasplante de células madre, los tratamientos estándar para el mieloma múltiple. Un año después de recibir la terapia de MILS, 13 de los 22 pacientes tení­an al menos una respuesta parcial a la terapia, lo que significa que su cáncer se habí­a reducido en al menos un 50 por ciento.