El tiempo primaveral que ha predominado en España durante los últimos meses ha hecho florecer antes de lo normal las plantas y con ello adelantar también la alergia al polen, que en esta época del año es al ciprés, presente sobre todo en el centro peninsular.

Pero el adelanto de los problemas alérgicos no significa, no obstante, que sean “más intensos” que otros inviernos, ya que la floración de las cupresáceas (ciprés y arizónicas, entre otras) depende tanto de la temperatura como de la pluviosidad del otoño, que ha sido baja este año, según explicó íngel Moral, coordinador del Comité de Aerobiologí­a de la Sociedad Española de Alergologí­a e Inmunologí­a Clí­nica.

Lo que ha ocurrido este año, prosiguió el doctor Moral, es que ha habido un adelanto de unos 15 o 20 dí­as sobre lo habitual en la polinización de las cupresáceas y, con ello, en la llegada de los problemas para los cuatro millones de alérgicos a estas plantas, que no han notado sin embargo molestias “más intensas” que otros inviernos. El especialista recordó que las cupresáceas florecen sobre todo en la zona centro de España, aunque se están extendiendo cada vez más a otros lugares, ya que se encuentran en zonas como urbanizaciones, piscinas o cementerios, y que, habitualmente, empiezan a causar problemas a los alérgicos en la segunda mitad de febrero.

Para dejar claro que el adelanto de la floración no está suponiendo un invierno más duro que otros para los alérgicos, el experto apuntó que hasta la fecha el nivel más elevado de cupresáceas en Toledo, una de las ciudades donde más presente está esta planta, se registró el pasado 3 de febrero, con 1.064 granos por metro cúbico de aire, cifra mucho más baja que la récord en el mismo punto en 2014, de 3.734, pero muy por encima del umbral para este polen, que es de 135 granos por metro cúbico de aire.