El TC castiga a 'Crónicas…

En la imagen, a la izquierda, el conductor del programa, Sardá.El Tribunal Constitucional (TC) ha reconocido que la emisión en el año 2002 en el programa Crónicas Marcianas de Telecinco de una entrevista a un ciudadano con una discapacidad fí­sica y psí­quica reconocida del 66% vulneró su derecho al honor y a la propia imagen.

De esta manera, la Sala Segunda del TC, por unanimidad, ha declarado nula la sentencia del Tribunal Supremo que determinó la prevalencia del derecho a la información porque el demandante aceptó dar la entrevista y porque este consentimiento debí­a entenderse válido al no haberse declarado judicialmente su incapacidad. En este caso ha sido el fiscal quien ha presentado el recurso de amparo, cumpliendo su función de tutela de las personas discapacitadas. Los hechos tuvieron lugar en octubre de 2002, cuando el programa Crónicas marcianas, dirigido por Javier Sardá, emitió la entrevista que el periodista Javier Cárdenas realizó a esta persona discapacitada.

Según los hechos declarados probados en primera instancia y en apelación, “en la mayorí­a de las ocasiones”, Cárdenas “no le permite que complete una respuesta, pues interrumpe él con una respuesta o una nueva pregunta, llegando un momento en el que el entrevistado se confunde y se contradice”. Al final, Cárdenas pide al entrevistado que explique mirando a la cámara lo que espera de una mujer. Éste se coloca de espaldas a la cámara, posición que el entrevistador no corrige, mientras “al fondo, se oyen risas y jolgorio”. Posteriormente, se colgó una reseña de la entrevista en la página web de Telecinco acompañada de comentarios. El entrevistado aparece en la página web “con unas enormes gafas y una foto distorsionada”.

Por último, la sentencia de la Sala Segunda, de la que ha sido ponente la vicepresidenta, Adela Asua, determina que la entrevista con esta persona “carece, desde cualquier perspectiva, del interés público y la relevancia pública necesaria” para que esté cubierta por el derecho a la libertad de información. “No solo carecí­a de valor informativo alguno sino que, además, fue realizada únicamente con propósito burlesco, para ridiculizar al entrevistado, poniendo de relieve sus signos evidentes de discapacidad fí­sica y psí­quica”, ha añadido.