El tai-chi mejora la autoestima,…

Gente practicando tai chiZibin Guo, de la universidad de Tennessee, de Estados Unidos, ha desarrollado un programa que incluye 13 posturas de tai-chi adaptadas a las personas en silla de ruedas y se publica en el último número de Technology and Innovation- Proceedings of the National Academy of Inventors.

Estas posturas incluyen 13 de los 24 movimientos que recoge el tai-chi. Los ejercicios se han adaptado de tal modo que la silla de ruedas pasa a ser una herramienta que potencia los movimientos y la expresión artí­stica de este arte marcial.

Dichos movimientos tienen en cuenta gran parte de la zona lumbar y la cadera. Además, ayudan a estimular la movilidad de la parte superior del cuerpo y la circulación. Al realizar cí­rculos horizontales y verticales los pacientes mejoran y estimulan la rotación y el rango de movimiento del torso, la cintura, la espalda, los hombros, los brazos y las muñecas.

«Frecuentemente, las barreras sociales y culturales desaniman a las personas discapacitadas que quieren practicar actividades de gimnasia. Gracias a esta adaptación, pueden practicar el tai-chi sentados, realizando ejercicio con la parte superior del cuerpo de una forma simple y suave, pero sincronizando también la silla de ruedas con los movimientos», explica Guo.

El tai-chi ha formado parte de la medicina tradicional china durante miles de años. Aun así­, no es de fácil acceso para las personas con discapacidad. Según Guo, hay 83 millones de personas en China que viven con discapacidad. «Muchos de ellos viven en la zonas rurales que carecen del desarrollo económico que tienen en las ciudades».

Mientras tanto, en los Estados Unidos hay un 73 por ciento de personas con discapacidad que no realiza ninguna actividad fí­sica. Existen estudios realizados tanto en China como en otros lugares que sugieren que estas personas tienen una autoestima baja y son más vulnerables ante la depresión. «Las razones para realizar tai-chi están basadas en los beneficios que acredita el arte marcial sobre la salud, en la aceptación de éste en la cultura popular, en su fácil acceso y en el bajo coste que supone su realización».