El sueño irregular perjudica el…

Los adolescentes que duermen poco entre semana pero mucho los fines de semana ”“incluso hasta dos o tres horas más”“ registran un menor rendimiento académico y cognitivo que aquellos que descansan de forma más regular. Esta situación se agudiza en el caso de las chicas.

Es la principal conclusión de un estudio dirigido por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en el que han analizado los patrones de sueño, las habilidades cognitivas y las puntuaciones académicas de 796 jóvenes de entre 12 y 16 años.

“Las adolescentes tienden a dormir más los fines de semana ”“respecto a los dí­as de diario y comparadas con los chicos”“, por lo que experimentan un mayor jet lag social”, afirma Juan F. Dí­az-Morales, profesor de Psicologí­a Diferencial de la UCM y coautor del estudio, publicado en Chronobiology International. 

Los expertos denominan jet lag social al desajuste entre el reloj biológico y el social. Una de las formas de medirlo es calculando el punto central de sueño de la semana respecto al del fin de semana. “Es comparable al jet lag del viajero cuando atraviesa varios husos horarios: la tendencia a la vespertinidad (marcada por el reloj biológico) entra en conflicto con el adelanto de la hora de entrar al instituto (fijada por el reloj social)”, explica Dí­az-Morales.

La investigación revela que una mayor irregularidad del sueño se asocia con peores notas y un menor rendimiento en las habilidades cognitivas verbales, espaciales, de razonamiento y numéricas, asociaciones que fueron mucho más claras en las adolescentes.

“En las jóvenes, el jet lag social se relaciona con un peor rendimiento en todas las pruebas de habilidades cognitivas (excepto la prueba de fluidez verbal) y con peores notas académicas”, destaca el autor. Por su parte, en chicos, el sueño irregular se asocia también con un peor rendimiento y únicamente con peor desempeño en las pruebas de razonamiento inductivo y aptitud numérica.