El riesgo de parto prematuro puede medirse en el primer trimestre del embarazo a través de la orina
Los metabolitos urinarios medidos al final del primer trimestre del embarazo pueden predecir un mayor riesgo de nacimientos prematuros y restricción del crecimiento fetal, según ha mostrado nuevo estudio liderado por un equipo del Imperial College de Londres (Reino Unido), que pone de manifiesto el potencial de los perfiles metabólicos de la orina como un medio para identificar novedosos biomarcadores no invasivos de nacimiento prematuro (NP) y de restricción de crecimiento fetal (RCF).
Para llevar a cabo esta investigación, publicada en ‘BMC Medicine’ y recogida en la plataforma Sinc, los expertos analizaron los metabolitos -moléculas excretadas en la orina- de 438 mujeres embarazadas de la cohorte de madres y niños Rhea en Creta, y encontraron que los niveles elevados de la lisina (aminoácido) se asoció con el nacimiento prematuro espontáneo. Por el contrario, el aumento de los niveles de la glicoproteína -una molécula que consta de un hidrato de carbono y proteína- se vincula con las mujeres que tuvieron un parto inducido temprano. Asimismo, la disminución en los niveles de un tercer grupo de moléculas (acetato, formato, tirosina y trimetilamina) se asociaron con un pobre desarrollo fetal. Y es que, el nacimiento prematuro (NP) y la restricción del crecimiento fetal (RCF) implican un mayor riesgo de mortalidad y morbilidad perinatal, así como un aumento de la probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas en la edad adulta. Por tanto, identificar de forma temprana las condiciones maternas desfavorables durante el embarazo puede predecir problemas de nacimiento y ayudar a su prevención y manejo.