El Rayo cerró el viernes pasado la primera fase de la campaña de abonados, aquella en que los socios podí­an renovar conservando la localidad en la que estaban ubicados en la temporada pasado. Lo hizo con poco más de 7.000 asociados, de los que cerca de un centenar son de nuevo cuño. El curso pasado lo finalizó con 9.800 abonados. Lo llamativo, sin embargo, es que tan sólo ha permitido que fuesen seis las personas con discapacidad que renovasen el compromiso.

Según fuentes del club vallecano, el motivo radica en dos aspectos. De una parte, en que la zona del estadio en la que estaban situados hasta ahora no reúne las condiciones necesarias y la entidad franjirroja ya ha sido advertida de que podrí­a ser denunciada por ello, lo que ha puesto en conocimiento de la Comunidad de Madrid, la propietaria de las instalaciones, para que lo solucione y lo evite realizando la obra necesarias.

De otra, en que mientras no haya un desenlace favorable en esta cuestión no tramitará la renovación de más abonos para personas con discapacidad. Según esas fuentes, la ley le obliga a dar facilidades, pero no establece ningún número determinado.