El Pistorius extremeño
Enfundado en sus polémicas prótesis de fibra de carbono, el sudafricano Oscar Pistorius demostró al mundo que era capaz de competir contra deportistas sin discapacidad. En Badajoz, Rubén Tanco lleva ya tiempo en una lucha de la que está saliendo victorioso pese a que le faltan los cinco dedos de su mano izquierda. Pero ahora quiere recorrer el camino inverso, es decir, convertirse en paralímpico porque su sueño sería traerse una medalla de Río de Janeiro dentro de poco menos de cuatro años. Ha participado y destacado en campeonatos de España absolutos de bmx, su especialidad, pero hoy divisa el ciclismo en pista paralímpico -paraciclismo- como entorno ideal para lograr su máxima aspiración.
Su primer paso ha sido contactar con la Federación Extremeña de Ciclismo para ir entrando poco a poco en sus competiciones y con vistas a conocer mejor el ciclismo en pista, que sí es paralímpico mientras el bmx no. Como es un proceso a largo plazo, su segunda misión le obliga a encontrar apoyos suficientes. Por eso aparece en la web change.org/es/peticiones/ministerio-de-deportes-comité-paralímpico-español-feddf-csd-promocionar-a-rubén-tanco-para-paralimpiadas-rio-2016. Una iniciativa encaminada a recabar firmas a enviar al Comité Paralímpico, al CSD o a la federación de discapacitados (FEDDF) para que se le prepare, subvencione y se cuente con él.
Aunque el camino es largo. Antes de todo, un médico de la Federación Española de Deportes de Personas con Discapacidad Física debe dictaminar que tiene lo que se conoce como el ‘mínimo hándicap’, osea, el impedimento físico por el que está en inferioridad respecto a personas más capacitadas. Una vez que el mencionado médico da el visto bueno ya se puede considerar apto para ser paralímpico. Ese paso aún no lo ha dado. Él entiende que está claro que tiene ese hándicap. «Si me faltan los cinco dedos de la mano está claro que estoy en inferioridad con los demás. Sería mejor si los tuviera, aunque como siempre he peleado puedo enfrentarme a cualquiera. Lo que pasa es que en los Juegos Paralímpicos tendría muchas posibilidades y quiero ganar una medalla en Río de Janeiro», comenta Rubén. Superado ese requisito, su anhelo dependerá del Comité Paralímpico y sus federaciones, que establecen las citas o pruebas en las que hay que conseguir las marcas que te den el pasaporte a la cita olímpica. El país organizador suele dictar unos cupos dependiendo de cada deporte y categoría. Aquí Rubén ve menos problema, porque sabe que en la pista tiene menos rivales que en los despachos.
Y mientras tanto, intenta recabar apoyos para prepararse, comprar material, viajar, etc., todo el patrocinio que necesita un deportista para sus retos. «Ya tenemos unas 250 firmas de las 1.000 que queremos y la gente se está portando muy bien, estoy muy orgulloso de mis amigos, aunque estamos empezando con todo porque esto es a largo plazo. Yo seguiré compitiendo como uno más y luego intentar dar el paso a los juegos paralímpicos», añade el biker pacense.
A Pistorius le costó mucho ir a Londres, pero Rubén no teme que el hecho de haber luchado con ‘gente corriente’ le borre de una paralimpiada, el caso contrario al del atleta sudafricano. «No me perjudicará haber competido con gente sin discapacidad porque comparado con ellos yo lo tengo más difícil. Igual que le pasa a Pistorius».