El importante papel de la…

 

Desde el nacimiento la familia es la principal esfera de referencia. Pasan de ofrecer un papel de protección y atención para garantizar la supervivencia, a convertirse en los principales agentes encargados de garantizar el desarrollo integral de sus hijos e hijas.

A los pocos años, la familia comenzará a compartir este importante papel con la escuela, una institución social que se conforma como una sociedad a escala reducida.

En este sentido, hoy, desde FAMMA – Cocemfe Madrid, vamos a hablar sobre el importante papel que tiene la relación familia-escuela en la consecución de una verdadera inclusión educativa.

 

EL ROL EDUCATIVO DE LA FAMILIA Y DE LA ESCUELA

La institución familiar ha evolucionado a lo largo de la historia, lo que ha llevado a que cambie también su papel e implicación en el mundo educativo con respecto a las instituciones. Esta evolución ha ido desde ejercer un papel de “clientes”, a un rol de personas implicadas y comprometidas en el diseño de una institución educativa para todos: la que les gustaría para sus hijos e hijas.

La familia es insustituible en el rol educativo durante los primeros años, y de manera posterior debe complementarse y enriquecerse con el papel jugado por agentes: instituciones educativas, sociales, grupo de iguales… todas contribuyen al desarrollo integral de los niños y las niñas.

 

¿CÓMO PUEDE FAVORECER LA FAMILIA LA EDUCACIÓN INCLUSIVA EN RELACIÓN CON LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS?

La implicación y participación familiar puede manifestarse de distintas maneras y ejercerse con diferente intensidad, garantizándose así, como factor de calidad educativa.

Para ello, una de las primeras y principales actuaciones que debe realizar la familia es crear un estrecho lazo de comunicación y colaboración con las instituciones educativas a las que acuden sus hijos e hijas. Esta relación debe ser mutua, ya que desde los centros se debe fomentar y tener en cuenta la participación familiar, ya que son parte de la comunidad educativa y su papel es fundamental para garantizar un verdadero clima inclusivo.

Para ello, existen diferentes canales de participación y comunicación. El más sonado ha sido y será la AMPA (Asociación de Madres y Padres de Alumnos). En todos los centros educativos está presente este órgano de participación, pero no siempre tiene o se le da la misma importancia. La AMPA puede ejercer un potente papel inclusivo, ya que tiene en sus manos la posibilidad de comunicar las necesidades de las diferentes familias e incluso de buscar soluciones.

Así, por ejemplo, podría encargarse de organizar las actividades extraescolares garantizando que estas fuesen inclusivas, organizar la celebración de jornadas importantes, concienciar al resto de la comunidad educativa, participar en formaciones que ayuden a responder a sus demandas…

Además, es necesario que la familia comunique a los profesionales educativos sus necesidades reales en cuanto a la educación de sus hijos e hijas, y por su parte estos deben ofrecer las soluciones y acciones necesarias de actuación, para poder establecer así un camino común hacia el fin último de la educación: el desarrollo integral.

 

Y, ¿CÓMO PUEDE FAVORECER EL CENTRO LA PARTICIPACIÓN E IMPLICACIÓN DE LAS FAMILIAS EN EL CAMINO HACIA LA EDUCACIÓN INCLUSIVA?

El principal aspecto a destacar es que, como bien hemos dicho anteriormente, la relación familia-escuela debe ser mutua. Para ello, desde las instituciones educativas es fundamental conseguir que las familias se sientan acogidas y valoradas, que formen parte de las decisiones y de las actividades del centro, pero también de las preocupaciones. Es decir, que sientan que pueden implicarse y ser un apoyo fundamental a nivel de centro y de aula para solucionar las problemáticas de la realidad educativa.

Para ello, se pueden proponer diferentes medidas que enriquezcan y hagan crecer la relación familia-escuela. Por ejemplo:

  • Escuelas de madres y padres: en las que se ofrezca a las familias una respuesta adecuada a sus demandas y necesidades sobre ciertos temas relacionados con la educación de sus hijos.
  • Tertulias dialógicas: en las que las familias se sienten libres de compartir sus experiencias, preocupaciones, inquietudes… creando una comunidad de aprendizaje familiar.

Existen infinidad de posibilidades, y las más enriquecedoras surgen de la particular realidad educativa en la que se encuentra inmersa cada centro.

 

ENTONCES, ¿ES REALMENTE IMPORTANTE LA RELACIÓN FAMILIA-ESCUELA PARA LOGRAR UNA VERDADERA EDUCACIÓN INCLUSIVA?

Rotundamente sí.

Si hay algo que podemos sacar en claro de todo esto es que: avanzar hacia una escuela inclusiva es responsabilidad de todos los agentes implicados, y de entre todos ellos, destacan la familia y la escuela. Los cambios se producen cuando la participación y el compromiso es de todos, y todos se sienten parte del proceso.