El Ibiomed de León demuestra…

Boccia, deporte paralí­mpico similar a la petancaLa afirmación está respaldada por la investigación realizada por un equipo de profesionales de medicina deportiva del Instituto del Instituto de Biomedicina (Ibiomed), Universidad de León. La práctica de ejercicio y la actividad deportiva mejora la potencia de los pulmones, aumenta los niveles de fuerza y la movilidad articular de las personas con una gran dependencia.

En la investigación participaron 40 personas del Centro de Referencia Estatal de San Andrés del Rabanedo durante los años 2009-2011, un trabajo subvencionado por el Imserso en el marco de Referencia Estatal de Discapacidad para la promoción del ejercicio fí­sico para mejorar la salud de las personas.

Durante la investigación se ha valorado la fuerza y la capacidad muscular y respiratoria de las personas grandes dependientes, con edades comprendidas entre los 24 y los 62 años. Los investigadores dividieron a los voluntarios participantes en el estudio en dos grupos: los que practicaban Boccia (deporte paralí­mpico similar a la petanca) y los que no participaban en ese entrenamiento.

El objetivo era medir si la práctica deportiva resultaba útil para revertir o mejorar la degeneración causada por la discapacidad. «Una de las deficiencias de las personas en sillas de ruedas es que tienen menos capacidad respiratoria, lo que genera más fatiga y hace a los pacientes más reticentes a hacer ejercicio», explica Gerardo Villa. «Entre los pacientes estudiados habí­a personas con discapacidades fí­sicas, como parálisis cerebrales, y otros tení­an enfermedades degenerativas. Las personas con discapacidad fí­sica pierden masa muscular, pero esa pérdida es mayor en las personas con enfermedades degenerativas».

Los resultados del estudio son alentadores. Todos los discapacitados que practicaron Boccia mejoraron su capacidad vital de fuerza y respiratoria en un año en un 13,3% y aumentaron la movilización del aire en un 17% en un segundo, a la vez que incrementaron el flujo respiratorio en un 18%. Todos los parámetros ergorespiratorio mejoraron entre un 13% y un 18%. «En nuestras conclusiones demostramos que los que más se machacaron haciendo deporte mejoraron un 28% más que el resto», explica Villa.