El gasto público por alumno…

El gasto público en educación reglada por alumno creció con intensidad desde 2000 hasta 2008, en concreto un 25,5%, para retroceder después un 20,3% y situarse en 2013 al nivel de 2000, según indica el estudio ‘Cuentas de la Educación en España 2000-2013. Recursos, gastos y resultados’, elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE).

El informe, presentado este jueves en Madrid, lo han dirigido Francisco Pérez, director de investigación del IVIE y catedrático de la Universidad de Valencia, y Ezequiel Uriel, profesor investigador del IVIE y catedrático de la misma universidad, en colaboración con Vicent Cucarella, Laura Hernández y íngel Soler, economistas del IVIE. El documento realiza un análisis de la evolución y situación de la educación en España desde principios de siglo, con la finalidad de aportar datos objetivos a la planificación y evaluación de polí­ticas y facilitar la toma de decisiones en el área. Indica que desde el año 2000 la evolución del gasto educativo en España se ha caracterizado por una trayectoria irregular y dependiente del ciclo económico, ya que la crisis ha frenado su ritmo de crecimiento previo, situado en el entorno del 3% anual. Después de alcanzar en 2011 un máximo de 73.662 millones (en euros constantes de 2013) el gasto total (público+privado) en educación se redujo un 5,7% hasta situarse en 2014 en 69.461 millones de euros. Los autores mantienen que este ajuste ha tenido su origen fundamental en el comportamiento del gasto público, que se redujo 7.000 millones entre 2009 y 2014, habiendo repuntado en 2015 para situarse en 41.165 millones de euros, según estimaciones provisionales. Ante esta situación, el estudio advierte de que la caí­da del gasto público en educación ha ocasionado tensiones no deseables en actividades de esta naturaleza al poner en riesgo la estabilidad financiera del sistema educativo. Así­ pues, aunque buena parte de los avances en la fase de expansión se debieron al sector público este ha sido también el responsable de los retrocesos. El estudio subraya “el compromiso más estable de las familias con el gasto educativo durante la crisis, a pesar de que también han sufrido caí­das de ingresos en los últimos años”. Los autores explican que las familias destinan un 39,2% de su gasto en educación a clases lectivas, y la mitad de esta partida se concentra en la Educación Infantil y Primaria, los niveles educativos en los que se cursan más años de formación, siendo la financiación pública más limitada en educación infantil. En segundo lugar, la compra de bienes y servicios conexos, como uniformes, libros o transporte escolar representa un 25,5%. Los servicios y actividades complementarias suponen un 23,9% y las actividades extraescolares, dentro y fuera del centro el 11,4%. El gasto de los hogares en educación aumenta en función del nivel de rentay los de mayores ingresos dedican un porcentaje cuatro veces superior al de las familias de ingresos menores.